En ocasiones, cuestiones económicas, sociológicas, gubernamentales, tecnológicas o cambios en la competencia hacen que las empresas se vean obligadas a realizar una reestructuración de su organización. Estas podrían considerarse como causas externas pero no son las únicas que motivan tal decisión. También existen causas internas motivadas por un mal equipo gestor, una gestión demasiado rígida y burocrática, problemas financieros, no sabe responder a los cambios del mercado, no llevar un control operativo a un apalancamiento financiero, entre otros.
La decisión de realizar una reestructuración no es fácil. Pero ha de tenerse en cuenta que de la capacidad de adaptarse al entorno y a los continuos cambios que se van produciendo en el mercado, dependerá el éxito o fracaso de cualquier proyecto empresarial, independientemente de cuál sea su sector.
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Esta reestructuración va a implicar un cambio. Si contamos con la suficiente antelación o previsión, lograremos que ese cambio sea menos drástico. Y, por tanto, la adaptación a la nueva gestión será mucho más sencilla. Por lo general, este proceso suele iniciarse principalmente por dos motivos:

- Pérdida de posicionamiento competitivo en el mercado.
- Empeoramiento de la estructura financiera.
Proceso de reestructuración de una empresa
En el proceso de reestructuración existen diferentes etapas. Hay quien establece tres y hay quien establece cinco fases. Y en algunos casos, estas fases se solapan entre sí. La duración del proceso puede llevar desde uno a tres años, en función del tamaño y la complejidad de la compañía.3 fases de reestructuración
Estas son las diferentes fases en las que se debe desarrollar el proceso de reestructuración:- Diagnóstico. El objetivo es evitar que la variación colapse. Hay que buscar mejorar la liquidez empresarial y habrá que tomar medidas como la reducción de productos, eliminar todos aquellos costes que sean posibles y examinar la estructura empresarial (reducción de plantilla).
- Tratamiento. Una vez que tras el diagnóstico se establecen los puntos débiles de la empresa llegará el momento de tratarlos. Puede ser una tarea larga y tediosa, sobre todo si se viene de una situación económica no muy buena. Así que en este punto se deberá abordar la oferta de productos y servicios, eliminar riesgos innecesarios, aumenta la productividad e incluso reducir la cartera de clientes.
- Recuperación. Llegar a esta última así costará trabajo pero no será completamente imposible sí se ha realizado bien el plan de viabilidad de la compañía. Una vez que hayamos comenzado a crecer de nuevo, podremos volver a buscar nuevos productos, servicios o mercados. Además, deberemos adoptar mecanismos de control, revisión y gestión de riesgo para anticipar posibles contratiempos. De este modo, aseguraremos el futuro de la empresa.
