En muchas ocasiones, la falta de revisión y control de las empresas, una mala gestión estratégica y una mala asignación de recursos llevan a una empresa al fracaso. Todo ello a pesar de tener un buen modelo de negocio y un producto o servicio realmente interesante.
Sin embargo, llevar una empresa no es fácil, y son muchos los frentes que se deben tener en cuenta. Así, es fundamental la gestión de riesgos empresariales.
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¿Qué es el riesgo empresarial?
Ser empresario conlleva riesgos en su día a día: ya sea a la hora de definir e implantar estrategias o a la hora de hacer frente a pagos diarios. Es necesaria una labor de supervisión continua para tratar de tener el máximo de elementos posibles bajo control.
Uno de los principales riesgos a los que una empresa se enfrenta es el riesgo empresarial. Éste supone la consecución de alguna circunstancia que puede tener influencias negativas sobre la empresa. El riesgo empresarial puede generar incertidumbre o inestabilidad en el interior de un negocio, puesto que puede afectar a múltiples elementos: recursos, empleados, estrategias, etc.
No obstante, los riesgos empresariales son elementos infranqueables, en el sentido de que siempre existirán. Y, generalmente, aparecen de manera imprevisible. Como buen empresario, deberás ser capaz de detectar el riesgo empresarial y tomarlo como una gran oportunidad para tu negocio.
¿Para qué sirve la gestión de riesgos empresariales?
La gestión de riesgos empresariales supone detectar los riesgos empresariales para poder anticiparse a ellos y diseñar estrategias concretas para afrontarlos, sacando así provecho de ellos.
La clave pasa por no, simplemente, asumir el riesgo. Grandes líderes de empresas estudian los riesgos empresariales, los modelan y, de esta manera, gestionarlos, convirtiendo una amenaza en una gran oportunidad que, finalmente, se traduce en un incremento de la rentabilidad de la empresa.
Una empresa rentable convierte los riesgos en oportunidades a través de una buena gestión de riesgos empresariales.
Por tanto, la gestión de riesgos empresariales transforma los riesgos en oportunidades, permite que nos anticipemos a ellos y aseguremos la consecución de los objetivos que teníamos previsto alcanzar.
En definitiva, tu obligación como empresa pasa por evaluar su grado de exposición al riesgo, identificado su procedencia y desarrollando, así, estrategias que permitan disminuir esa exposición a los tan comunes riesgos empresariales.
¿Cómo realizar una correcta gestión de riesgos empresariales?
Una correcta gestión de riesgos empresariales permite anticiparse a cualquier problema, asegurando las metas previamente fijadas y, en definitiva, convirtiendo a la empresa en un ente mucho más competitivo y eficaz. Pero, para garantizar esa metodología de gestión y control de riesgos, es necesario implantar una metodología en cada uno de los departamentos de la empresa, pudiendo hacer frente de manera directa a todos los tipos de riesgos que puedan surgir, en la medida de lo posible.
Existen distintos modelos de gestión de riesgos empresariales, que pueden ser adaptados a cualquier entidad: ISO, COSO, etc. Aunque también, una empresa podrá desarrollar el suyo propio.
Por ejemplo, una de las herramientas de gestión de riesgos empresariales es la norma ISO 31000, la cual establece los principios sobre la gestión del riesgo en cualquier campo comercial.
Para poder gestionar los riesgos empresariales es necesario realizar un diagnóstico que nos permita detectar cuáles son esos riesgos a los que nos enfrentamos. Por ello, es necesario hacer un mapa de riesgos con el representar todas las amenazas que tenemos.
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