Cuando se producen grandes cambios en una empresa, se habla de reestructuración empresarial. Estas modificaciones pueden afectar tanto a prácticas comerciales o productivas, por poner algunos ejemplos. Normalmente este tipo de acciones se realizan como respuesta a las amenazas y oportunidades que día a día enfrentan las empresas. El objetivo es conseguir los mejores resultados para la organización.
En algunos casos, las nuevas necesidades económicas o productivas a las que tiene que hacer frente la empresa son tan grandes que no es suficiente con realizar unos simples cambios. Es por ello que en este tipo de situaciones, se llevan a cabo procesos de reestructuración empresarial.
En resumen, una reestructuración empresarial es el proceso de transformación que se produce dentro de una organización para adaptarse a un nuevo modelo empresarial. El objetivo es mejorar el funcionamiento de la empresa, así como ser más competitivo en un mercado cada vez más cambiante
Estas reestructuraciones no tienen por qué ser siempre negativas. Aunque es cierto que los procesos de reestructuración pueda llegar a ser un poco radicales, ya que dentro de estos cambios puede haber despidos. De ahí que para lograr tener éxito en este proceso sea necesario anticiparse a esos cambios e intentar conseguir que estos afecten lo mínimo al desarrollo de la actividad empresarial.
La reestructuración empresarial va a afectar principalmente a uno o varios de los siguientes aspectos del negocio, ya que puede afectar a uno o varios aspectos de manera simultánea:
- La estructura de costes fijos debido a la externalización de procesos o redes distribución.
- La localización de la empresa, en el caso de que esa localización industrial afecte a la productividad.
- La plantilla, en función de las necesidades productivas. Por tanto, esta puede ver la afectada sus condiciones laborales.
- Procesos de negocio debido a la implantación de nuevas tecnologías, nuevos productos, a nuevos canales de venta o introducción de los productos en nuevos mercados, entre otras razones.
- Las fuentes proveedoras de financiación de la empresa también pueden verse afectadas por la restructuración.
Formas de restructurar una empresa
Según los componentes de la empresa que se vean afectados y los motivos que han llevado a esta reestructuración será de un tipo a otro.
Reestructuración interna
Ese tipo de reestructuración suele darse tras un análisis del negocio para buscar una mayor eficiencia en el funcionamiento de los departamentos. Se suele fijarse en la comunicación interdepartamental, así como la manera que se completen las tareas.
A veces, cuando una los componentes de la empresa comienza a fallar, se deben reasignar los recursos para solucionarlo. En otras ocasiones, si la empresa ha crecido va a necesitar reestructurarse para ser más productiva centrándose en sus principales habilidades.
Otro de los motivos en que se requiere este tipo de reestructuración interna, es cuando se debe reestructurar la situación financiera de la compañía para seguir obteniendo beneficios. A veces incluso, estos cambios son motivados por adaptarse a las nuevas tecnologías que ya han adoptado nuestros competidores.
Reestructuración financiera
Está hace referencia a las deudas y al patrimonio de la empresa. En este tipo de restructuraciones se incluían las fusiones, adquisiciones y operaciones conjuntas. Este tipo de casos suele darse cuando una empresa se une a otra, cuando es comprada por otra o cuando existe un cambio de titularidad.
Reestructuración tecnológica
Como su propio nombre indica, esto ocurre cuando se incorpora a la empresa una nueva tecnología. Esta innovación, por lo general, suele afectar directamente a los empleados. La transformación digital que se está produciendo en la actualidad está provocando que las empresas realicen muchas reestructuraciones para adaptarse a los nuevos avances que se producen.
Finalmente, las medidas que suelen emplear son acciones formativas para el aprendizaje del personal. Pero, a veces, también viene acompañado de algunos despidos. En ocasiones, ese tipo de restructuración requiere de acuerdos con terceros, ya sea para conseguir conocimiento técnico o mayores recursos.