A la hora de crear una empresa, a menudo oímos hablar de las ideas basadas en el comercio tradicional y de la importancia que tiene en nuestros pueblos y ciudades. Otras formas de comercio como el electrónico no dejan de ganar peso, pero el comercio tradicional sigue ahí, siendo una interesante oportunidad de emprendimiento. Vamos a conocer a fondo qué es el comercio tradicional y algunos ejemplos de negocio de comercio tradicional que podemos poner en práctica como un bar o una tienda de alimentación.
Qué es el comercio tradicional
El comercio tradicional es aquel que se produce en una tienda física, en un espacio real donde se intercambian bienes por ganancias monetarias. Tanto el proveedor como el comprador están en el mismo espacio durante la operación de compraventa. Sin lugar a dudas, la existencia de la tienda física es la principal seña de identidad del comercio tradicional, permitiendo al comprador ver el género, a diferencia de lo que pasa con otros modelos de comercio. Estos son algunos ejemplos de comercios tradicionales:
- Supermercados
- Fruterías, carnicerías, pescaderías…
- Hornos y pastelerías
- Zapaterías
- Tiendas de ropa
- Farmacias
- Kioskos
- Bares y restaurantes
- Ferreterías
- Cualquier negocio que cuenta con un local físico
Conviene señalar que el comercio tradicional y los comercios históricos no son lo mismo, aunque los segundos son ejemplos del primero. Por comercio histórico entendemos aquellos que llevan décadas o incluso siglos dedicándose a la misma actividad, lógicamente en un establecimiento físico. Son dos conceptos que a menudo se confunden, pero un comercio tradicional puede tener 75 años de existencia o haber abierto sus puertas el mes pasado.
Características del comercio tradicional
Precisamente el componente físico es la principal seña de identidad del comercio tradicional. Esta modalidad se basa en la interacción física entre vendedor y cliente en un local concreto, lo que suele ayudar al vendedor a identificar las necesidades del cliente y utilizar las herramientas adecuadas para lograr que acabe comprando su producto. A partir de aquí se desarrolla la venta.
Ventajas del comercio tradicional
A favor del comercio tradicional juega precisamente ese componente físico. El cliente puede ver, tocar y probar el producto antes de comprarlo, y la interacción con el vendedor puede ser decisiva a la hora de comprar el producto adecuado. Por su parte, el vendedor puede poner en práctica todas las técnicas de venta necesarias para completar la operación. El cliente tiene más elementos de decisión que, por ejemplo, en el comercio electrónico.
También es importante recalcar que el cliente tendrá disponible la compra al instante. Se la podrá llevar del local y empezar a disfrutarla, algo que no pasa con un modelo de negocio basado en el comercio electrónico donde hay que esperar unos días a que llegue. Siempre puede haber excepciones -productos por encargo o de gran volumen-, pero en líneas generales disfrutaremos del producto al instante.
Desventajas del comercio tradicional
El gran hándicap del comercio tradicional es que exige una importante inversión: local, inventario, personal que atienda a los clientes… A estos gastos básicos se suman los asociados al local, como los suministros o la alarma, seguros, etc. Existen muchos tipos de negocio que puedes montar en local pequeño a diferencia de si posees una nave o un gran local que entonces, se pasa a otros modelos de negocios que requieren de un gran espacio.
Unos gastos fijos que repercuten sobre el cliente, pues en líneas generales un producto suele ser más económico en un comercio electrónico que en uno tradicional.
Diferencias entre el comercio tradicional y el comercio electrónico
Una vez más, el componente físico es la gran diferencia entre el comercio físico y el electrónico. El eCommerce es totalmente online, también la publicidad; lo que tiene ventajas como una mayor variedad de métodos de pago, pero también hándicaps como unos plazos de entrega más largos.
Otra de las diferencias más importantes es la comunicación con el cliente: en el comercio tradicional es cara a cara, en el electrónico se produce a través de la pantalla.
Aunque sean dos mundos diferentes, ambas opciones pueden ir de la mano. No son raros los casos de comercios tradicionales que apuestan por la venta online como recurso para ampliar las ventas, o incluso comercios electrónicos que dan el salto al mundo físico aunque sea mucho menos común.