Cualquier empresa que se precie contará con un plan de incentivos para potenciar la motivación de los trabajadores y fidelizarlos. Al fin y al cabo, nuestros empleados se merecen un reconocimiento cuando su contribución es determinante para lograr los objetivos planteados. A menudo, estos incentivos se ofrecen en forma de bonus; pero muchos emprendedores se preguntan si los bonos son un buen incentivo o hay alternativas más efectivas que estas bonificaciones para reconocer el buen trabajo de nuestra plantilla.
Cómo funciona un bonus salarial
El bonus salarial es una retribución variable que ofrecen algunas empresas como premio por el buen rendimiento profesional. Es cierto que algunas empresas ofrecen bonos ligados a la antigüedad o al puesto que ocupan los empleados, pero en este caso hablamos de bonificaciones que dependen de los parámetros fijados por la dirección de cada empresa.
De hecho, podemos identificar hasta tres tipos de bonus salarial diferentes:
- Bonus discrecionales: la empresa se reserva tanto su concesión como el monto de la bonificación.
- Bonus por contrato o convenio: nos podemos encontrar con contratos de trabajo o convenios donde se establece una parte de sueldo fija y otra variable en función de unos objetivos por definir. Esta parte variable corresponde al bonus.
- Bonus de empresa: la organización es la que establece, cuando se firma el contrato, las metas, plazos, monto a percibir y condiciones para acceder al mismo.
El objetivo de los bonos salariales no es otro que motivar al trabajador para que oriente todos sus esfuerzos a la consecución de un objetivo determinado, para conquistar los hitos propuestos por la organización.
De este modo, se incentiva un trabajo que beneficiará a la empresa y, de rebote, también al propio trabajador que disfrutará de los bonos. Bien utilizado, el bonus salarial puede ser un recurso muy útil de los programas de inventivos en la gestión de recursos humanos de la empresa.
¿Es mejor ofrecer un aumento fijo en el salario o un bonus?
No podemos pasar por alto que algunas empresas prefieren ofrecer bonus a las subidas de sueldo de sus trabajadores. En ocasiones, la situación económica de la empresa impide un aumento del salario fijo, siendo preferible apostar por esta retribución variable. Ambas opciones son igualmente válidas, pero si vamos a apostar por el bonus salarial deberíamos cumplir con una serie de premisas:
- Las bonificaciones salariales deben fijarse de forma objetiva. La empresa debe tener capacidad económica para hacer frente a los bonus salariales de todos sus trabajadores y en base a la banda salarial.
- Deben ser algo controlado. El trabajador debe ser capaz de alcanzar los objetivos que dan lugar al bonus, y a su vez estos deben ser medibles tanto desde dentro de la empresa como desde fuera.
- Hay que comunicar los objetivos con precisión. Lo ideal es registrar por escrito no sólo los objetivos, sino cómo se van a medir, qué variables dependen de los mismos y el premio.
- Sirven para impulsar una sana competitividad. Ya hemos dicho que el objetivo de los bonos es incentivar la motivación y productividad de los empleados, siempre orientados a mejorar el ambiente de trabajo. Evitaremos que den paso a tensión, estrés o conflictos entre trabajadores.
Finalmente, es importante señalar la importancia de escuchar y dialogar con los trabajadores. Hay que analizar de forma objetiva las expectativas del sector, las propuestas de la plantilla o los bonus que se ofrecen en otras empresas.
No olvides que más allá del bonus económico hay otro tipo de bonos, retribución flexible o en especie que puede cumplir una función similar: tickets restaurante o guardería, acceso a formación especializada, cobertura médica para el empleado y su familia, los seguros de vida, coches de empresa, teletrabajo u horario flexible…