El plan de igualdad es el conjunto de herramientas con que una empresa busca ofrecer paridad de oportunidades a hombres y mujeres. Por desgracia, todavía queda mucho camino por recorrer en este sentido, y no son pocas las ocasiones donde los discursos sobre igualdad no pasan de ser eso, un discurso que luego no se pone en práctica.
Por eso, si quieres aplicar el principio de igualdad en la empresa de forma efectiva te proponemos esta guía práctica para elaborar el plan de igualdad en la empresa. ¡Toma nota y añádelo a tu plan de negocio!
Objetivos del plan de igualdad empresarial
El primer objetivo del plan de igualdad será la eliminación de todo tipo de discriminación por cuestión de sexo, lo que incluye cambios en las conductas de los trabajadores con base en las ideas de superioridad o inferioridad.
La igualdad de oportunidades y prevención de situaciones de acoso sexual o acoso laboral también son objetivos del plan de igualdad, así como la mejora de la conciliación personal, familiar y laboral. Como resultado, se creará un código de conducta que proteja tanto a la empresa como a la plantilla en materia de igualdad.
¿Cómo implantar el plan de igualdad en tu negocio?
Con estos propósitos dentro de tus objetivos empresariales, podemos desarrollar un plan de igualdad que constará de tres fases:
Primera fase: redactar un informe de medidas
La primera es una fase previa, en la que por una parte la empresa dejará por escrito su compromiso con la igualdad y paridad, y por otra parte se creará una Comisión de Igualdad, que debería ser paritaria, y que se encargará del diagnóstico inicial de la situación.
A partir de un profundo análisis de nuestra empresa, esta comisión determinará donde hay que aplicar medidas destinadas a lograr la igualdad y qué medidas son necesarias.
Segunda fase: fijar objetivos a corto y largo plazo
Este diagnóstico inicial es el punto de partida de nuestro plan de igualdad. Vamos a fijarnos una serie de objetivos para lograr la plena igualdad, y deben ser una serie de objetivos definidos y que se puedan alcanzar a corto, medio y largo plazo.
Son objetivos relacionados con el acceso al empleo, contrataciones o la promoción sin distinción de sexo, igualdad salarial, conciliación o acoso sexual, como hemos visto antes. Lo que no podemos hacer es establecer una serie de objetivos abstractos, sin precisar.
Tercera fase: llega el momento de implantar las medidas
Tras finalizar estas primeras fases, llega la hora de implantar el Plan de Igualdad y las diferentes medidas que se han previsto en él para lograr la igualdad efectiva entre hombres y mujeres dentro de la empresa.
Es la tercera fase del proceso, que viene acompañada de un seguimiento continuo de los resultados del plan por parte de la comisión de igualdad creada con este fin.
Cuarta fase: evaluación de resultados
Por último, tenemos la fase de evaluación de los resultados finales y la efectividad de nuestro Plan de Igualdad. Dentro del plan tenemos una serie de objetivos a corto, medio y largo plazo y una vez transcurrido el tiempo en que se deben lograr esos objetivos llega el momento de que la comisión de igualdad de la empresa analice si se han cumplido o no los objetivos, en qué grado se han cumplido y, si no se han alcanzado, por qué no se han cumplido. De nuevo, propondrá las medidas u objetivos que considere oportunos para garantizar la igualdad en la compañía.
¿Es obligatorio implantar el plan de igualdad en una empresa?
Acabamos haciéndonos una pregunta que es moralmente reprobable, pero cuya respuesta seguro que te sorprende: no siempre es obligatorio aplicar un plan de igualdad en la empresa. De hecho, solo las empresas de más de 50 trabajadores deben tener un plan de igualdad, y tienen hasta 2022 para ello -hasta 2021 si tienen más de 100 trabajadores-.
El convenio colectivo puede obligar a las empresas de menos de 50 empleados a establecer un plan de igualdad, igual que las autoridades laborales dentro de un procedimiento de sanción.