Antes de clasificar los diferentes tipos de stakeholders deberíamos tratar de definir este concepto, algo que tampoco es nada fácil. Los stakeholders o grupos de interés son aquellos grupos necesarios para que la empresa consiga sus objetivos, y aquí se incluirían a socios y accionistas -si limitamos el grupo de interés a ellos hablamos de stockholders-, los clientes, trabajadores y directivos de la compañía y también a los proveedores o contratistas. Incluso la Administración Pública formaría parte de los stakeholders.
Hay quien incluso va más allá y habla de la sociedad en general como stakeholder, ya que incluso aquellas personas que a priori no tienen ninguna relación con nuestra compañía comparten muchas de las preocupaciones de la empresa, como la defensa del medioambiente, la igualdad en la empresa o la lucha contra la esclavitud y el trabajo infantil, principios que deben formar parte de la responsabilidad social corporativa de cualquier empresa. Con este panorama, nos encontramos con hasta tres formas distintas de clasificar los grupos de interés.
Clasificación de los stakeholders
Las clases de stakeholders pueden analizarse y gestionarse con las herramientas que mencionan en Negokai y así tener todo bajo control. Estos son los diferentes tipos de stakeholders según diferentes parámetros:
Stakeholders según su relación con la empresa
La primera forma de clasificar los stakeholders se basa en su relación con la empresa, y solo hay dos grupos. En primer lugar tenemos a los stakeholders internos, con una relación directa con la empresa. Aquí entran los accionistas, socios, socios estratégicos, directivos, empleados, sindicatos, etc. El segundo nivel serían los stakeholders externos, que no tienen una relación directa con la empresa, pero sí indirecta: consumidores, los diferentes niveles de la administración pública, ONGs, lobbys, la competencia…
Stakeholders según la teoría de círculos concéntricos
Una segunda forma de clasificar los stakeholders es situar estos grupos de interés en círculos concéntricos, como las famosas matrioshkas. Así, el primer círculo es el que incluye al ámbito de la empresa, y en él aparecen accionistas, directivos, trabajadores o empresas filiales de la matriz. En el segundo círculo nos encontraríamos con los clientes, los proveedores o la propia competencia, es decir, con todos aquellos actores relacionados con el mercado. Finalmente, en el tercer círculo está la sociedad en general, desde la Administración a las ONGs o el medioambiente.
Stakeholders según las esferas de interés
Finalmente tenemos la división de stakeholders según las esferas de interés, una clasificación que diferencia hasta cuatro grupos de interés distintos, todos al mismo nivel pero procedentes de cuatro esferas diferentes. Así, los trabajadores de la empresa, sus clientes o las asociaciones de clientes son parte de la esfera social, mientras que dentro de la esfera pública nos encontraríamos con las ONGs, los medios de comunicación, la Administración, asociaciones sociales o medioambientales, etc.
Dentro de la esfera económica se incluirían los accionistas, distribuidores y proveedores, además de otros agentes económicos que tienen una gran influencia en la economía de la empresa y de su sector productivo, como los mercados o las agencias de calificación. Finalmente, tenemos que hablar de la esfera industrial y científica, en la que se incluirían las organizaciones profesionales que agrupan a los distintos tipos de trabajadores, entidades de investigación y desarrollo o a las propias universidades.
¿Cuál es la mejor forma de clasificar los stakeholders?
Como ves, tenemos varias formas de clasificar a los stakeholders, todas ellas igualmente válidas. Sin embargo, es muy difícil señalar la mejor forma de dividir a los grupos de interés para nuestra empresa, porque lo normal es que cada compañía utilice la clasificación de stakeholders según los parámetros que mejor se adapten a sus necesidades y circunstancias. Ahí es donde elegiremos entre proximidad a la empresa, círculos concéntricos o esferas. Esta división nos permitirá afrontar de una forma u otra la relación con los grupos de interés, siempre en beneficio de nuestra empresa.