¿Alguna vez has oído la expresión "calentar la silla"? Pues eso es precisamente lo que significa el presentismo laboral: hacer otras tareas que no están relacionadas con el puesto de trabajo (como por ejemplo revisar las redes sociales, consultar el correo electrónico personal, procrastinar en Internet...) durante la jornada laboral. El presentismo en el trabajo puede convertirse en un auténtico problema para las empresas, que de golpe y porrazo advierten que el rendimiento de sus empleados ha caído en picado y no corresponde el tiempo invertido en una tarea con los resultados obtenidos. No obstante, esta problemática puede atajarse y solucionarse desde la misma empresa. A continuación te explicamos las principales medidas para evitar el presentismo laboral o solucionarlo si ya se ha convertido en una realidad.
Causas del presentismo laboral
Desde nuestra posición puede resultar tentador achacar el presentismo laboral a trabajadores vagos y procrastinadores, pero esto no siempre es lo que ocurre y debemos ser autocríticos con el tema. ¿Por qué? Porque en muchas ocasiones el presentismo laboral es la consecuencia de una falta de motivación de nuestra plantilla, y eso es algo que podemos solucionar perfectamente. Conocer las posibles causas del absentismo laboral y comunicarnos correctamente con nuestros empleados puede ayudarnos a detectar problemas en las dinámicas de trabajo o incluso en el mismo entorno laboral.
- Pérdida de la motivación de los empleados.
- Cargas de trabajo descompensadas (tanto por exceso como por defecto).
- Poca o nula comunicación del equipo de trabajo.
- Malas condiciones laborales.
- Conflictos internos entre los compañeros de trabajo o con el propio jefe/a de la empresa.
- Presión laboral,
- Acudir al trabajo estando enfermo o no cogerse una baja cuando es necesario.
- Una cultura corporativa equivocada en la que no se prioriza el trabajo por objetivos.
- Problemas personales del trabajador.
- Tener objetivos inalcanzables.
Consecuencias del presentismo laboral en la empresa
Aunque la disminución de la productividad de los trabajadores es, sin lugar a dudas, la consecuencia más notable -y medible- del presentismo laboral, lo cierto es que existen muchos otros efectos negativos. Por ejemplo:
- La disminución de la calidad del trabajo.
- Aumento del estrés y aparición de posibles problemas de ansiedad o incluso depresión.
- Aumento de conflictos internos en la empresa.
- Aumento del tiempo que se destina a una tarea (lo que antes se hacía en una hora, ahora se realiza en tres).
- Disminución de la optimización de recursos laborales.
- Mayores distracciones y prisas por finalizar el trabajo.
- Menor retención del talento y aumento de la rotación de personal en la empresa.
- Sensación de desarraigo y desconexión de la realidad.
¿Cómo evitar el presentismo laboral en tu empresa?
Ya sabemos qué puede causar el presentismo en el trabajo y cuáles son las consecuencias negativas que acarrea esta problemática. Ahora: ¿Qué podemos hacer nosotros para ponerle freno?
- Fomentar la filosofía del trabajo por objetivos (y motivar la consecución de los mismos).
- Definir de forma clara las tareas y los roles de todos y cada uno de los empleados. Un trabajador que no sabe cuál es su función ni lo que se espera de él, por muy proactivo que sea, acabará convirtiéndose en un profesional desmotivado y perdido.
- Mejorar la comunicación horizontal y vertical con los miembros de la empresa. Si para ello hay que celebrar una reunión semanal (con el correspondiente feedback constructivo hacia el trabajo ajeno) o realizar dinámicas de Team Building o de Bridge Building, mejor que mejor.
- Apostar por la formación continua de los empleados.
- Confiar en la autonomía y el trabajo del empleado, por supuesto, pero también hacer informes semanales o mensuales para ver si se han cumplido los objetivos y la estrategia marcada surte el efecto deseado.
- Apostar por el horario flexible y dar la posibilidad de trabajar varias veces por semana en casa (en el caso de las empresas que no teletrabajan).
- Crear un entorno seguro de atención y escucha para que los trabajadores puedan sentirse libres de comunicar lo que necesitan.
¿En qué se diferencia el presentismo del absentismo en el trabajo?
Por mucho que se parezcan estos términos, lo cierto es que no tienen nada que ver. Mientras el presentismo es acudir a tu puesto de trabajo pero realizar otras tareas que no están relacionadas con lo laboral, el absentismo es, directamente, no acudir a tu puesto de trabajo. Sin duda alguna ambas son dos problemáticas muy grandes para la empresa, pero debemos llamar a cada cosa por su nombre.
¿Cómo medir el presentismo laboral?
Por muchas estrategias que implementemos para prevenir y evitar el presentismo laboral, si no medimos y analizamos estas tácticas jamás sabremos si nuestras medidas para aumentar la productividad de los empleados están surtiendo el efecto deseado. Para ello es necesaria la medición del presentismo laboral a través de evaluaciones periódicas de desempeño (en las que se evalúa el rendimiento de todos y cada uno de los trabajadores) y la realización de encuestas anónimas de clima laboral entre los empleados.