Cualquier cambio a nivel de mejora provocado por una innovación empresarial se considera un aspecto positivo. Sin embargo, existen factores de riesgo en la innovación empresarial que pueden afectar de forma precisa a las funciones de un modelo de negocio.
Los cambios son modificaciones en la organización de una empresa, y no siempre son bien recibidos ni por parte del equipo que la constituye, ni por los clientes que recibe. Al final, cualquier innovación va a requerir de un proceso de adecuación del resto de sistemas que no está exento de riesgos. Por ello, es necesario realizar una correcta gestión de riesgos en el momento que nos decidimos a apostar por una fuerte innovación en la empresa.
Así, para reducir el riesgo empresarial y las consecuencias no deseadas es importante que tanto los usuarios, como los empleados y los responsables de las políticas, comprendan cómo tomar decisiones inteligentes y analizadas cuando se trata de introducir ideas de negocio innovadoras en el mercado.
¿Preparado para innovar sin riesgo? Vamos a ello.
¿Cuáles son los problemas que puede conllevar la innovación?
A continuación, vamos a describir algunos de los riesgos empresariales más importantes que puede conllevar la innovación dentro de una empresa.
El producto no es aceptado por el mercado
La creatividad siempre resulta positiva si se mantiene dentro de un contexto adecuado de venta. Por ello, es importante pasar tiempo con el cliente para conocer en mayor medida las claves de su motivación, con el objetivo de que la empresa pueda innovar y asegurarse a nivel de beneficios potenciales.
Muchos de los productos desarrollados por una empresa no llegan a alcanzar cifras significativas de venta, porque carecen de demanda o de un nivel de aceptación mínimo por el mercado destinatario del servicio.
Los estudios de mercado son una herramienta eficaz para identificar el comportamiento del consumidor con respecto a un productor, tendencias y posible competencia en el sector comercial.
Identificar a tiempo estos factores evitará asumir riesgos innecesarios que puedan terminar por comprometer el negocio principal.
Pérdida económica
En ocasiones, realizar sucesivos estudios sobre cómo implementar mejoras o estructuras de innovación supone implicar grandes inversiones, que no en la mayoría de los casos no serán recuperadas en el ciclo de vida del producto.
Para cualquier empresa que atesore años de experiencia y procesos de manufactura bien definidos, cualquier cambio en ello que no asegure un retorno de capital mayor va a suponer una pérdida económica importante que puede atrasar competitivamente a la empresa.
Pérdida de antiguos clientes
Cuando se lanza un nuevo producto o servicio, las inversiones de marketing y de trabajo se centran en dar salida a la línea más innovadora. Sin embargo, la excesiva concentración de recursos y la atención máxima sobre el nuevo producto puede redundar negativamente en la calidad y la comercialización del resto de productos existentes.
Esto a la vez, supondría una pérdida en la tasa de fidelización de antiguos clientes, que en la mayoría de los casos son aquellos que resultan más baratos para la empresa al no tener que invertir dinero en su captación.
Falta de recursos
En muchas ocasiones, uno de los riesgos más importantes en la innovación empresarial pasa por la falta de recursos necesarios para poder implementar los cambios estudiados y descritos por el equipo interno de la empresa.
Así, a pesar de que de forma teórica la innovación sería realista y asumible, a la hora de intentar trasladar ese concepto a la realidad el resultado es más bien negativo o incluso imposible de llevar a cabo.
Este es uno de los problemas fundamentales debido a la pérdida de tiempo y dinero invertido en desarrollar un prototipo o modelo válido que no llegará a implantarse finalmente. Las empresas que experimentan este riesgo empresarial deben analizar previamente si disponen de los recursos necesarios para poder implementar los sistemas necesarios que permitan ejecutar la mejora.