Cada vez son más las empresas que apuestan por el growth hacking, la disciplina con la que buscan un gran aumento de usuarios, ingresos o impactos lo más rápido posible con la menor inversión tanto económica como temporal. Es una estrategia donde destacan las start-ups americanas, que poco a poco se va haciendo hueco en Europa, y que cuenta con un profesional dedicado en exclusiva a ello: el Growth Hacker. Hace unos años lo de community manager nos sonaba a chino y ahora todas las empresas necesitan uno, y el camino del Growth Hacker va por ahí.
¿Cuáles son las tareas del Growth Hacker en la empresa?
Antes de hablar de sus funciones, conviene destacar que tenemos tendencia a relacionar su perfil con el marketing digital y la publicidad, pero esto no tiene por qué ser así. El perfil ideal del Growth Hacker combina las habilidades analíticas, creativas y de escucha social, así que encontramos varios campos en los que podemos encontrar buenos perfiles para este puesto de trabajo, unos perfiles que van desde el propio marketing al product managemente o la analítica pura. Eso sí, necesitará un buen equipo a su alrededor.
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La función más destacada del Growth Hacker es dar con los huecos ocultos y aprovechar las tendencias de los mercados. Dicho de otra manera, tiene que identificar esos nichos de negocio que a priori son invisibles y aprovechar la situación del mercado y su evolución para llevar un paso más allá a la empresa. Para ello tendrá que llevar a cabo la acción de growth hacking perfecta, algo para lo que deben contar con un buen equipo que les ayude y el tiempo y los recursos económicos y materiales necesarios para desarrollarla.
Este perfil profesional desempeña sus funciones en seis áreas de acción diferentes. Por ejemplo, a través del web scraping puede utilizar un software específico que le aporta información sobre la web de su propia empresa, las de la competencia o de los referentes para el proyecto que está desarrollando. Ya hemos mencionado la importancia de la analítica web, un actor básico en el día a día del Growth Hacker ya que todos los datos extraídos se tienen que analizar para llegar a las conclusiones correctas.
Dentro del marketing digital, este perfil también lleva a cabo los denominados tests A/B, básico para probar varias ideas hasta dar con la mejor. El objetivo es comparar lo que la empresa decide mostrar a los clientes potenciales con lo que opinan estos usuarios. Todavía en el mundillo del marketing digital, el SEO o posicionamiento en buscadores es otra de las funciones de un Growth Hacker que deberá dominar las reglas SEO y aplicarlas siempre en busca de los mejores resultados.
Las redes sociales también tienen su papel en el trabajo del Growth Hacker, que deberá hacer una escucha social en busca de las tendencias del momento -siempre fijándose en el público objetivo de la empresa- y a partir de ahí diseñar la estrategia adecuada. Por último está el inbound marketing, una metodología que agrupa diferentes áreas de trabajo del Growth Hacker como los test A/B o el SEO y que una vez más pretende ofrecer la mejor visibilidad al menor coste, captando leads de forma no intrusiva y basándonos siempre en el content marketing.
La ética del Growth Hacker
Los Growth Hackers deben ser personas ágiles, creativas, analíticas, pero también éticas. Dentro del growth hacking hay una línea muy delgada que separa el trabajo ético del inmoral; y hay algunas malas prácticas que te permitirán una gran visibilidad a corto plazo pero que pueden dañar el nombre de la empresa a medio y largo plazo. Recuerda que la visibilidad es tan importante como la reputación, y hay que saber mantener el equilibrio entre ambas.