Un trabajador preparado, que con una buena formación y experiencia, con ganas de trabajar y de dar lo mejor de sí a la empresa, que nunca se ponga enfermo, que cumpla con su tarea, que nos ofrezca su punto de vista y soluciones a los problemas de la empresa, que congenie con sus compañeros, que esté dispuesto a hacer horas extra…
Es fácil que estas características aparezcan como respuesta a las cualidades más buscadas en la empresa en el proceso de selección de personal, pero vamos a conocer cuáles son realmente las características del trabajador ideal.
1. Compromiso e implicación
Un trabajador comprometido e implicado con la empresa, con ganas de seguir progresando, es un tesoro. Compromiso e implicación se manifiestan de diferentes modos, desde la puntualidad a la buena disposición para asumir y aceptar los cambios de la empresa o continuar formándose.
2. Es ambicioso
No queremos trabajadores que se limiten a cumplir con las tareas asignadas y su horario laboral. Un buen trabajador debe tener unas metas profesionales y personales, y un empleado que demuestre esa ambición en el proceso de selección tiene todos los números para que lo selecciones.
3. Capacidad de trabajo en equipo
Se acabó la época en la que los trabajadores eran entres individuales e independientes, cada vez es más importante el trabajo en equipo así que el trabajador ideal debería ser una persona solidaria, que esté dispuesta a ayudar a sus compañeros. Tendrá que ser capaz de convivir y colaborar con ellos.
4. Es un buen comunicador
Una de las características que debe tener un buen trabajador en equipo es la capacidad de comunicarse con el resto del mundo. Así, el trabajador ideal será capaz de escuchar tanto a jefes como a compañeros o a los subordinados a la vez que transmite correctamente sus ideas.
5. Honestidad
Quizá haya quien prefiera trabajadores pelotas que dicen sí a todo, pero lo ideal es que el empleado sea honesto tanto en las acciones que desarrolla en su día a día como en su relación con directivos, superiores y otros trabajadores. Un empleado honesto es un seguro de vida, la información estará segura con él.
6. Optimismo
Los trabajadores grises transmiten pesadez, y eso afecta tanto su rendimiento como el de quienes lo rodean, que se desmotivan (lo cual puede provocar desmotivación en la empresa a nivel general). Deberíamos contar con empleados optimistas, que sean capaces de enfrentarse a los problemas desde una perspectiva positiva. Que los vean como un reto, no un problema.
7. Sabe asumir el mando
Hay situaciones en las que un trabajador tiene que dar un paso adelante y asumir el mando del equipo o liderar uno de los departamentos o áreas funcionales de la empresa. Si es necesario, el empleado ideal asumirá el liderato, y lo hará con acierto, motivando a todos los miembros del equipo para dar lo mejor de sí.
8. Facilita el ambiente laboral
Un buen clima laboral es esencial para mantener la motivación de la plantilla. Los propios empleados también tienen su cuota de responsabilidad en la generación de un buen ambiente de trabajo, y el hecho de no propagar chismes o cotilleos ni distraer a los compañeros ayuda a generar ese buen ambiente.
9. Controla sus emociones
El control emocional es mucho más importante de lo que parece, ya que nos permite lidiar con el estrés o los problemas del día a día en el trabajo. Es capaz de controlar mente y emociones, dejando atrás problemas personales o rencillas con algún compañero para cumplir con su trabajo. Esto, en definitiva, ayuda a mejorar el clima laboral de tu empresa en todos los sentidos, ¿no crees?
10. Es productivo
Lógicamente, el trabajador ideal será un empleado productivo. Por “productivo” entendemos que cumplirá con su trabajo y los tiempos marcados, produciendo al ritmo previsto o que se le puede exigir, aunque en ocasiones pueda hacerlo a un ritmo superior al esperado o exigido.