El Traslado Laboral se da cuando un trabajador en cuyo contrato no indica específicamente que realizará su labor profesional en centros de trabajo móviles o itinerantes debe cambiar de lugar de trabajo; y además, le supone tener que cambiar su vivienda habitual de manera permanente. Y este se dará siempre y cuando en tu contrato original no se establezca que prestarás servicios en centros de trabajo móviles o itinerantes. En cuyo caso sería parte del contrato.
Para poder oponernos a un traslado de trabajo debemos tener en cuenta que no siempre es posible. Deben darse una serie de condicionantes que nos abran la posibilidad de impugnar, rescindir el contrato, o aceptarlo y beneficiarnos de las ventajas de realizar un traslado laboral.
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Condiciones del traslado laboral
Estas condiciones deben darse para que sea posible el traslado laboral. En caso de que se incumpla alguna sería posible impugnar a la empresa a través del Juzgado de lo Social.
- En el contrato debe aparecer que tu lugar de trabajo es fijo, y que el cambio de centro obligue también a un cambio de vivienda habitual.
- La empresa deberá cumplir con una serie de preceptos:
- Deberá notificártelo con 30 días de antelación.
- Motivar las causas de tu traslado.
- Comunicar la fecha en la que será efectivo.
- Indicar el lugar del nuevo destino.
Si no se cumplen todas esas variables, el traslado no puede hacerse. Aprovecha para informarte de todo antes de aceptarlo. En el caso de que siga adelante, el traslado debe ser notificado; debe ir redactado en una carta de traslado de trabajo, aquí un ejemplo de cómo deber ser una carta de este tipo.
Una vez recibida dicha notificación tenemos 3 posibles opciones:
- Aceptar el traslado
- Finalizar la relación laboral
- Impugnar la decisión del traslado en vía jurisdiccional
Acepto el traslado… ¿Y luego qué?
Si aceptas el traslado tienes derecho a percibir una compensación económica por gastos, tuyos y de tu familia que podrá ser pactada entre las partes, y que nunca podrá ser inferior a lo que establezca tu Convenio Colectivo. Antes de decir que no a algo debemos valorar todas las ventajas e inconvenientes que tiene un traslado. Seguro que no has valorado el impulso que puede dar a tu carrera, las compensaciones económicas, ampliar tu red de contactos…
No dejes la oportunidad de conocer nuevas metas en tu vida laboral y de buscar siempre oportunidades de networking que abrirán nuevas puertas y caminos. El traslado de trabajo es una de las mejores opciones para dejar atrás tus antiguas convicciones y empezar de 0. La mejor decisión es negociar el traslado para obtener las mejores condiciones posibles.
No quiero continuar con mi contrato. Prefiero irme.
Si decides negarte al traslado, lo más probable es que tengas que finalizar la relación laboral; por ello tienes derecho a una indemnización de 20 días de salario por año trabajado con un tope de 12 mensualidades. Esta es posiblemente la opción más arriesgada; te enfrentas a la necesidad de encontrar de nuevo trabajo, buscar otra empresa, reconstruir la confianza y reputación que poseías en tu antiguo puesto… Contempla bien las opciones que tienes antes de tomar esta decisión.
Por otro lado, el cobro de la indemnización puede ser jugoso para embarcarte en nuevos proyectos partiendo de un colchón económico decente. En tus manos está la capacidad de convertir una amenaza como puede ser un despido en el momento de darle una vuelta de tuerca a tu carrera.
No me parece justificado. Impugno a la empresa.
Si optas por la impugnación, el plazo para llevarlo a cabo es de 20 días desde la notificación, aunque una vez impugnado, tendrás que trasladarte al nuevo centro de trabajo y esperar a lo que dictamine la sentencia. En el caso de que el traslado se declare injustificado, tendrás derecho a la reincorporación en el centro de origen, mientras que si se declara justificado se te abren dos opciones posibles: aceptar el traslado o rescindir tu relación laboral.
Los procesos judiciales son engorrosos y puedes salir malparado, incluso labrarte una fama de vengativo. La mejor decisión es consultar primero con un asesor laboral que pueda ofrecerte los mejores consejos para embarcarte en el juicio. Pero no descuides tus derechos como empleado si algo no te gusta o te descuadra: hazlo saber.