El coaching es un proceso de crecimiento que suele estar centrado en el entorno personal del individuo, pero también en el profesional, académico, deportivo o artístico, entre otros. Lo que realmente es importante es considerar un programa de coaching como “proceso” ya que se trata de una sucesión de eventos y experiencias ubicadas en un espacio temporal que, indudablemente, provocarán la consecución de unos objetivos de futuro.
Es necesario que el coachee tome verdadera conciencia de lo que ello significa ya que va a transitar por distintas fases y va a experimentar distintas sensaciones durante dicho proceso.
Al inicio de un proceso de coaching existe un poco de angustia por parte del participante ya que sabe que este trayecto va a ser transformador y, por consiguiente, le va a suponer salir de su zona de confort. Esto es normal y al cabo de poco esta sensación se va a transformar en un sentimiento de euforia al empezar a experimentar lo que significa participar en un proceso de coaching. En este momento el coachee puede inclusive experimentar una energía muy alta que le va a servir para empezar a cuestionarse hábitos del pasado que quiere eliminar, para abrazar otros que le puedan ser más exitosos, y en definitiva, para aprovechar al máximo el nuevo movimiento de crecimiento que se ha creado.
Fases del coaching
Las fases del desarrollo pues nos muestran que en las primeras sesiones la evolución en el crecimiento de la persona es muy importante, para con posterioridad y paulatinamente, pasar a ser más moderado y sostenible.
También es bueno reflexionar acerca del efecto acordeón de todo proceso de desarrollo, que es el que se produce cuando se avanza a intervalos con distinta velocidad. Y esto es así ya que toda persona tiene períodos más receptivos para reflexionar, cuestionarse cosas y decidirse a emprender una acción. Así pues, es bueno no pensar que siempre es momento para crecer. Hay momentos en los que toca parar y recuperarse del camino que se ha recorrido. Y, porqué no, celebrarlo también.
Y sin lugar a dudas, también es necesario entender que un proceso de crecimiento o desarrollo personal no acaba cuando finaliza el programa de coaching. De hecho, el proceso de coaching crea un movimiento inicial que sigue una vez el coach deja al coachee otra vez sólo o sola en su camino. En todo caso esta inercia le va a seguir siendo el motor para reflexionar, cuestionarse aspectos importantes de su vida, y en definitiva, ser más feliz.