Vivimos en un entorno empresarial cada vez más competitivo. Y en este contexto, cada vez son más los emprendedores que se hacen la misma pregunta: ¿cómo puedo diferenciar mis productos de los demás? Habrá infinidad de productos similares al nuestro, con unas características parecidas con los que competir. La respuesta a esta pregunta la podemos encontrar en los productos diferenciados. Vamos a descubrir mejor este concepto y los tipos de productos diferenciados.
Qué es un producto poco diferenciado
Un producto diferenciado es un producto diferente a los demás y mejor valorado por los usuarios. Algo que suena fácil, pero es muy difícil de conseguir. La valoración de los consumidores se deberá a aspectos como la utilidad, los beneficios que ofrece o el modo en que cumple con la necesidad que pretende satisfacer. Si el producto cumple con estos principios, los consumidores estarán dispuestos a pagar por él. De este modo, nos garantizamos el éxito del producto.
Cómo trabajar la diferenciación de un producto
Tenemos tres formas de trabajar la diferenciación de un producto. En primer lugar, está la estrategia de diferenciación por venta. Por ejemplo, vendiendo por un precio muy competitivo o el uso de la publicidad y el marketing. Las campañas que dejan huella nos ayudan a diferenciar el producto de la competencia.
La estrategia de diferenciación por uso puede venir asociada a la innovación, la calidad o la comodidad que aportan al usuario. Por último, está la posibilidad de diferenciarnos por servicio. Aquí entran en acción la atención al cliente y seguimiento del cliente, la experiencia que ofrecemos al consumidor.
Tipos de diferenciación de producto
Como hemos apuntado anteriormente, hay diferentes factores que nos permiten diferenciar un producto de la competencia. En función de los mismos, podemos identificar 3 tipos de producto diferenciado en función de si la diferenciación es vertical, horizontal o mixta. A continuación te dejamos los ejemplos de producto diferenciado en función de este tipo:
- Diferenciación vertical: el principal elemento diferenciador entre un producto y otro es el precio, que a menudo viene condicionado por la calidad. En el hipotético caso de que todas las marcas ofreciesen el mismo producto al mismo precio, nos quedaríamos con la marca de mejor calidad. Es lo que pasa, por ejemplo, con la ropa. Una camiseta básica de una marca low cost será más barata y de menor calidad que la misma camiseta de una marca top.
- Diferenciación horizontal: en este caso, el precio y la calidad son simulares. Podríamos decir que las marcas nos ofrecen lo mismo al mismo precio. La clave para diferenciarnos está en apelar a los gustos personales del cliente. Es lo que pasa, por ejemplo, con los debates entre Cola Cao y Nesquik o Coca-Cola y Pepsi. El precio es similar, pero cada consumidor tiene su preferencia. Lo mismo pasa con el agua embotellada, con el lavavajillas…
- Diferenciación mixta: hay una combinación de factores que nos ayuda a diferenciar entre un producto y otro, a menudo cerca de la diferenciación horizontal. Un buen ejemplo son los coches. Dos fabricantes pueden tener un coche de la misma clase con un precio similar. Sin embargo, un vehículo puede ofrecer unos extras que el otro no incluye, logrando así diferenciarse.
Muchas veces, la diferenciación viene definida entre otras cosas por la estrategia de marketing definida por la propia marca. Una buena campaña nos ayudará a dar a conocer ese valor o ese aspecto que hace de nuestros productos un producto diferenciado. Así, los consumidores tendrán una percepción más favorable frente a los productos de la competencia de categoría similar.