Cuando hablamos de productos de éxito, disfrutar de la exclusividad de un producto será una gran fuente de ingresos para la compañía. Disfrutaremos de unas ganancias únicas, pues no habrá otra marca que nos haga competencia. Sin embargo, disfrutar de esta posición donde prácticamente se trata de un monopolio de mercado no es fácil. Vamos a descubrir qué son los productos exclusivos y cómo podemos alcanzar este hito.
Qué es un producto exclusivo
Podemos hablar de producto exclusivo cuando no existe otro exactamente igual. Hay diferentes formas de conseguir esta exclusividad, incluso cuando los productos son similares. Esta puede venir dada por su función, finalidad u objetivo, por el diseño del propio producto o sus componentes, por la calidad, por el precio o por lanzar un número de unidades limitado. Otro caso se da cuando una empresa tiene los derechos de venta y distribución en exclusiva. Estos son los mejores ejemplos de producto exclusivo:
- Los iPhone: Apple es la única empresa que los fabrica y distribuye por todo el mundo. Eso sí, para la distribución cuenta con acuerdos con otras empresas. El diseño y características son exclusivos.
- Ferrari: algo parecido pasa con Ferrari y otros vehículos de lujo (Porsche, Rolls Royce, Infinity…). Hay un fabricante exclusivo que vende únicamente en sus concesionarios.
- Maquinaria de obra: no todo van a ser lujos. Hay empresas dedicadas a un nicho especializado como puede ser la maquinaria técnica. No solo venden en exclusiva, sino que también son los únicos capaces de ofrecer mantenimiento y reparaciones.
- Mercadona: la cadena de supermercados cuenta con proveedores en exclusiva. Únicamente fabrican para ella, de modo que no encontraremos sus productos en otros supermercados.
- Ediciones limitadas: desde un packaging especial para un evento (Amstel y las Fallas, Coca-Cola y el Mundial), la posibilidad de personalizar (Nikeid) o la fabricación de unidades limitadas, son otros ejemplos de producto exclusivo.
Cómo se consigue la exclusividad de un producto paso a paso
Tenemos claro que los productos exclusivos nos ofrecen una gran ventaja en el mercado. Pero… ¿cómo conseguiremos esta exclusividad? El camino es largo, e incluye diferentes ramales en función de si eres el fabricante del propio producto o si quieres distribuirlo. Vamos a ver cómo conseguir la exclusividad de un producto paso a paso.
¿Está patentado el producto?
El primer paso será comprobar si el producto está patentado o está libre. Para ello, recurriremos a la Oficina Europea de Patentes, o incluso a Google Patents. Si la respuesta es afirmativa, no podrás fabricar en exclusiva. Si no está patentado, tendrás que hacerlo tú.
Patentar el producto
Para garantizar la exclusividad, tendrás que patentarlo en el Registro de la Propiedad Industrial. En el caso de España, es la Oficina Española de Patentes y Marcas. Eso sí, el proceso es complejo y tendrás que cumplir con los requisitos establecidos en la Ley de Patentes (actividad inventiva, aplicación industrial, naturaleza técnica, novedoso). Las patentes tienen 20 años de duración, a partir de entonces cualquiera podrá fabricarlo.
Protección de la exclusividad
Hasta llegar a patentar un producto, puede pasar un largo periodo. Para evitar filtraciones del diseño o sus funciones y problemas similares, los acuerdos de confidencialidad con trabajadores, proveedores y otros colaboradores nos ayudarán a mantener el proyecto en secreto.
Acuerdos de distribución y venta
Aunque fabriques en exclusiva, podrás llegar a acuerdos con distribuidores y vendedores para que trabajen en exclusiva. Si eres distribuidor, este es el punto donde entras en el proceso. Para ello, hay que firmar un contrato de exclusividad entre fabricante y distribuidor. Puede limitarse al ámbito nacional o incluir el internacional. ¿Cuántas veces habremos oído lo de “distribuidor oficial en España”?