Toda empresa se enfrente a múltiples procesos: desde producción, hasta distribución y comercialización. Toda una cadena a lo largo de la cual van surgiendo necesidades de todo tipo: de producto, de recursos humanos, materiales o financieros. Cubrir estas necesidades conlleva unos costes empresariales que se deben sufragar con la venta de los productos y servicios de las compañías.
Uno de los tipos de costes sobre los que las empresas están más encima y que representan un alto porcentaje de la totalidad de costes que tienen en su día a día, son los costes financieros.
¿Qué son los costes financieros?
Los costes financieros, también conocidos como costes de oportunidad, son aquellos que se ocasionan como consecuencia de decisiones de inversión o de cualquier otra naturaleza, pero que se emplearán en el proceso productivo de la empresa.
Los costes financieros se ocasionan en una empresa para financiar aquellos elementos que será necesario emplear en el proceso de producción y, en muchas ocasiones, se caracterizan por su larga permanencia en la empresa. Imagina, por ejemplo, que se adquiere maquinaria en renting. Esta maquinaria se trata de un elemento directamente relacionado con el proceso de producción y será un coste financiero al que habrá que hacer frente por meses e, incluso, años.
Los costes financieros son aquellos que se derivan de las necesidades de financiación de una empresa en lo que se refiere a las líneas de crédito y fondos que han solicitado para garantizar la buena marcha del negocio se refiere.
En definitiva, una fácil y clara definición de costes financieros de una empresa sería es la siguiente: “Costes derivados de la financiación con recursos ajenos y cuya cuantía está formada por intereses y otro tipo de remuneraciones que deben pagarse a quien presta los fondos”.
¿Cuáles son los costes financieros?
Los gastos financieros se deducen por el uso de dinero por parte de la empresa, dinero que ha obtenido de terceras personas o entidades.
Entre los ejemplos de costes financieros más usuales encontramos las comisiones y los intereses. Por un lado, las comisiones se originan por operaciones realizadas con bancos o entidades de crédito. Entre los ejemplos de comisiones encontramos: comisiones de mantenimiento de cuentas, de apertura y comisiones por cancelación de préstamos, de tarjetas, etc. Por otro lado, los intereses bancarios se originan, generalmente, con la solicitud de préstamos. Los préstamos se devuelven a través de cuotas (que pueden ser mensuales, bimensuales, trimestrales…), correspondiendo cada una de ellas a, por un lado, la devolución del importe principal y, por otro lado, los intereses.
Cálculo de costes financieros
Calcular el coste financiero de una empresa puede resultar una tarea algol tediosa. No obstante, a base de práctica y una serie de trucos, no tendrás mayor inconveniente en hacer frente a dicho cálculo.
A la hora de calcular los costes financieros, deberás centrarte, ante todo, en el cálculo de los siguientes elementos:
- Intereses. Como comentábamos, al devolver un préstamo, la cantidad pactada para devolver mensualmente, por ejemplo, se llama cuota. Y dicha cuota está formada por la devolución del importe del préstamo más un importe que hace referencia al interés que se haya pactado con el banco o la entidad de crédito correspondiente.
- Timbres. Se dan generalmente en los descuentos de pagarés. Se trata de un impuesto que se aplica a éstos y que va por tramos, en función de la cantidad del pagaré. Por ejemplo, para pagarés por importe entre 90,16€ a 180,30€, se aplica un timbre de 0,48€. Obviamente, cuando mayor sea el importe del pagaré, la cuantía de dicho timbre irá subiendo.
- Comisiones. Por ejemplo, a la hora de hacer un descuento comercial, la entidad bancaria nos repercutirá una comisión. Así como en el timbre hay una cantidad fija tasada, la cuantía de la comisión es algo aleatorio.
Calcular los costes financieros es muy importante en el momento de crear una empresa, ya que los inicios son muy difíciles y se busca ahorrar al máximo en los costes de la empresa. Para intentar reducir al máximo los costes financieros es recomendable realizar un plan de financiación que nos permita estudiar todas las vías posibles para financiar la puesta en marcha de nuestro negocio y elegir la opción que más nos convenga.