¿Tiene sentido cambiar el nombre de tu empresa? Hay muchas razones para ello, desde reorientar el negocio hasta dejar atrás una mala época o tratar de superar una crisis de reputación con un cambio de nombre. Hay que tener en cuenta que suprimes tu nombre, principal seña de identidad de tu empresa, por una marca que nadie conoce. Pero si lo haces bien, el renaming será todo un éxito. Si te cuestionas cómo cambiar el nombre de tu negocio tendrás que pensar en nuevo naming, registrarlo y comunicarlo correctamente, entre otros pasos.
Pasos para cambiar el nombre de tu empresa
A veces innovar en un sector tradicional puede ser complicado y reoirentar la actividad así como, cambiar el nombre de la empresa puede ser más acertado que continuar con el mismo modelo de negocio a sabiendas de que no funciona. Lee atentamente los pasos para cambiar el nombre de tu negocio:
- Elegir el nuevo nombre. Debe ser potente, acorde a los valores e imagen de la marca… y no estar ya registrado. Asegúrate también de que el dominio web está libre.
- Registra la marca o el nombre comercial.
- Comunicación del cambio de nombre. Informa del renaming a tus clientes, proveedores, socios, inversores, etc. con suficiente antelación. Poco a poco iremos explicando la fecha en que se producirá el renaming, desvelaremos el nuevo logo y iremos adaptándolo gradualmente.
- Conserva temporalmente el nombre antiguo. Durante un tiempo, es importante mantener en segundo plano el nombre original. Así, no suprimimos de un día para otro nuestra identidad.
- Adapta los elementos de marca. Colores corporativos, eslogan, papelería, perfiles en redes sociales, uniforme de los trabajadores, señalética… Todo debe ajustarse al nuevo nombre. Redirecciona la web y correos electrónicos antiguos hacia la nueva marca.
- Campaña publicitaria. Aprovecha el renaming para lanzar una campaña publicitaria que dé a conocer el nuevo nombre y la nueva marca. Aprovecha los nuevos canales de comunicación.
Ventajas y desventajas de cambiar el nombre de una empresa
Como cualquier otro proceso al crear una empresa o reorientarla, el renaming tiene sus pros y sus contras. Entre las ventajas de cambiar el nombre a la marca destaca, por encima de todo, el lavado de imagen. El proyecto adquiere una nueva identidad, lo que puede suponer la entrada a nuevos mercados.
Además, podemos aprovechar el renaming para reforzar nuestra propuesta de valor con cada uno de los elementos de la identidad corporativa desde el nombre de la empresa.
Ya hemos dicho que, en casos de crisis reputacional, el cambio de nombre nos permite hacer borrón y cuenta nueva. Esta opción también es interesante cuando el proyecto no está en la dirección que nos gustaría y decidimos reorientarlo. Es una forma de dejar atrás ese pasado “problemático” o difícil en pos de un futuro prometedor.
Ten en cuenta que la marca lo es todo, y con el renaming logramos reforzar nuestra identidad de marca. El nuevo nombre inspira y orienta a clientes, socios o empleados, ofreciendo una visión estratégica a largo plazo para el crecimiento de la empresa. También es una forma de capitalizar las diferentes acciones comerciales de la empresa. Una marca fuerte nos facilitará la incorporación de nuevos servicios, mejorando también el valor financiero del proyecto.
Aunque hablemos de contras, realmente nos referimos a las consecuencias del cambio de nombre. Ya hemos anticipado que el principal hándicap será la pérdida inicial de identidad fruto del cambio de nombre. Si sigues los pasos que hemos visto, el golpe será menor; pero es imposible llegar al 100% de nuestros consumidores. Necesitaremos una fuerte inversión en publicidad, lo que supone un coste adicional al proceso de elegir nuevo nombre, logotipo y, en definitiva, crear la nueva identidad corporativa.
La otra gran desventaja -o consecuencia- es que tendrás que reiniciar prácticamente de cero el proceso para posicionarte en el mercado. El público conocerá tus productos o servicios, pero eso no es garantía de que asocien la nueva identidad de la marca con el nombre anterior. También es posible que pierdas seguidores en redes sociales, correos en tu newsletter, etc., pero los recuperarás. Y no olvides los siempre engorrosos trámites legales para cambiar el nombre.