El empowerment es una de las tendencias de moda en el mundo de la empresa, pero eso no quiere decir que el empoderamiento de nuestros trabajadores esté exento de problemas. Como cualquier medida que puedas aplicar en tu empresa, el empowerment empresarial tiene sus ventajas y sus inconvenientes, y antes de tomar la decisión de apostar por él es conveniente valorar todos estos pros y contras para asegurarnos de que tomamos la mejor decisión para el futuro de la empresa, que al fin y al cabo es lo que está en juego.
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Beneficios del empowerment
Uno de los principales beneficios del empowerment es la satisfacción de nuestros trabajadores, el hecho de darles unas responsabilidades para que se sientan parte importante de la empresa. Es una decisión que cala en los trabajadores, que logran una mayor motivación y aumentan su productividad. También conseguirás mejorar la química del equipo, en especial si consigues unir a trabajadores comprometidos, flexibles y creativos. Cada trabajador será crítico con su propio trabajo, pero también con el de sus compañeros.
Esa mejora de la química entre los trabajadores da paso al liderazgo compartido, otro de los puntos fuertes del empowerment. No hay un líder, sino que manda el equipo, el colectivo. Esto permite que las decisiones se tomen mucho más rápido, lo que en un entorno empresarial que se mueve a velocidad de vértigo como el actual no hace más que repercutir positivamente en la empresa. Todos tus trabajadores estarán capacitados para tomar al momento la decisión que más ayude a la empresa, ya que todos ellos serán líderes.
No se trata de una autogestión de los trabajadores, sino de la delegación de responsabilidades y su reparto entre los empleados. Según sus características, cada uno podrá asumir un rol u otro, pero al final se cumplen los objetivos empresariales, que era lo más importante. Por último, hay que destacar la satisfacción que supone para el cliente un empowerment eficiente. Si lo haces bien, te centrarás en el cliente, ofreciéndole una atención personalizada y de alta calidad, lo que facilitará los procesos y te permitirá reforzar el liderazgo estratégico de la organización.
Problemas del empowerment
Sin embargo el empowerment también tiene sus problemas, que muchas veces derivan del papel del gerente de la empresa. Si decides empoderar a los trabajadores hay que dejarles hacer y no interferir en su trabajo. Sin embargo, algunos responsables empresariales no acaban de confiar en este nuevo método ni en sus trabajadores, e intervienen constantemente. Si es el caso, la estrategia fracasará y los resultados de la empresa serán negativos. Los trabajadores también desconfiarán del directivo y ahí puede nacer un conflicto entre las dos partes.
También nos podemos encontrar en la situación contraria, donde el responsable de la empresa no pone límites a la situación. Una cosa es no intervenir y otra dar manga ancha a los trabajadores para que hagan lo que les de la gana. El empoderamiento o delegación de responsabilidades no implica una desatención por parte de los superiores, que tendrán que monitorear desde la distancia el trabajo de sus empleados, aunque sin intrusismo. Puntualmente hay que hacer reuniones y puestas en común para evaluar la situación. Si el responsable ignora estas obligaciones reinará el caos.
Otro de los problemas que pueden surgir con el empowerment se da cuando la plantilla no está capacitada para asumir responsabilidades, ya sea por falta de experiencia, porque los trabajadores no tienen las competencias y habilidades necesarias, etc. Tienes que estar muy seguro de la capacitación de los trabajadores, conocer a fondo sus puntos fuertes y débiles, ya que si decides empoderar a unos trabajadores incapaces de llevar adelante la empresa lo tendrás bastante difícil para triunfar.