Cuando hablamos de marketing es muy importante establecer las diferencias entre el marketing operativo y el marketing estratégico. Son dos ramas complementarias del marketing, que se deben tratar en una misma estrategia, aunque esto no siempre sea así.
Mientras el marketing operativo se desarrolla a corto plazo, como son las propias acciones de marketing, el marketing estratégico se da a medio y largo plazo, y es la piedra angular alrededor de la que pivotarán nuestras acciones de marketing.
Marketing estratégico: oportunidades de mercado a largo plazo
El marketing estratégico es la metodología de análisis y conocimiento de mercado que tiene por objetivo detectar las oportunidades de mercado que permitan a la empresa satisfacer las necesidades de los usuarios de forma más efectiva que la competencia.
Dicho con otras palabras, el marketing estratégico persigue resolver las necesidades no cubiertas de los usuarios, aprovechando las nuevas oportunidades de mercado que hay. A partir de esa estrategia competitiva se desarrollarán las acciones de marketing operativo.
Atrás quedaron los tiempos en los que se diseñaba un producto nuevo y se lanzaba al mercado, creando incluso la necesidad en los usuarios. El modo de funcionar actual de los mercados se basa en el análisis de las necesidades de los usuarios, y luego se desarrollan esos productos o servicios que las cubran. Así, los responsables de marketing estratégico deberán ser capaces de detectar esos nuevos de mercado y su atractivo, estudiar los productos y analizar la competencia, y buscar la ventaja que pueden obtener frente a la competencia.
¿En qué se caracteriza el marketing estratégico?
1. Objetivos a largo plazo
Su elemento más significativo es la visión a largo plazo, lo que nos obliga a realizar una serie de acciones previas a la planificación para poder coordinar de forma eficiente las estrategias de marketing operativo y estratégico. Lógicamente, lo primero que necesitamos será un análisis de mercado que nos permita hacernos una idea de la situación económica en general y de nuestro mercado en concreto. Solo así descubriremos las necesidades de los usuarios no cubiertas… y por qué no lo están.
2. Define tu público objetivo
También tendremos que segmentar nuestro público objetivo. Hay que trazar un perfil del usuario ideal de nuestros servicios, sus necesidades, retos y características. Los consumidores son el eje central de cualquier estrategia de marketing, y cada vez son más críticos y exigentes. Solo así sabremos a quién dirigirnos, y para saber qué ofrecerle estudiaremos a la competencia. Del análisis de nuestros rivales, al menos de los más importantes, podemos extraer conclusiones tan interesantes como sus productos y precios, sus estrategias o cómo podemos mejorar su oferta y aprovechar así el factor diferencial.
3. Diseña la estrategia
Con toda la información recabada, podemos definir la estrategia de marketing que llevaremos a cabo. Hay una gran cantidad de variantes: estrategias de cartera, funcional, de segmentación, de posicionamiento, de crecimiento, de fidelización de clientes…
Dentro de estas estrategias, siempre hay algunas que se pueden complementar, mientras que otras son más adecuadas para un momento concreto en la evolución de la vida del producto. Gracias a ellas también podemos definir unos objetivos o misiones muy claros, realistas y alcanzables que nos permitan orientar nuestros esfuerzos.
4. Decide misiones, hitos, objetivos a conquistar
Dentro de la convivencia entre marketing estratégico y marketing operativo, hay que utilizar toda la información que tenemos para planificar nuestras campañas. Ya tenemos definida la estrategia a largo y medio plazo, además de las misiones o hitos que queremos conquistar, así que solo nos queda por delante diseñar las acciones a corto plazo -operativas- para cumplirlas.
También es importante que a la vez que diseñamos esa estrategia preparemos un plan para hacer frente a cualquier crisis que se pueda desencadenar y estar preparados para actuar en estas situaciones donde el marketing puede ser clave en la recuperación.