El balanced scorecard es una herramienta que ayuda en la gestión empresarial, ofreciendo unas métricas y acciones definidas. Es una guía muy útil para ejecutar cualquier tipo de estrategia. Esta fue creada por Robert Kaplan y David Norton en 1992. De hecho, se la considera como una de las 75 herramientas para negocios más influyentes en cuanto a planeación y ejecución de la estrategia empresarial.
¿Qué es un balance scorecard?
Al balance scorecard también se le conoce como Cuadro de Mando Integral y lo que trata es de optimizar los procesos de evaluación. Anterior a este sistema había otros modelos que hacían esta labor, pero dejaban de lado elementos intangibles como la relación con los clientes o los procesos de calidad.
En cambio, el balance scorecard permite una visión más global de lo que sucede dentro de la empresa. Asimismo, permite efectuar un seguimiento continuo de las tareas y metas trazadas en el plan estratégico. De ahí que el balance scorecard se adoptará casi de manera inmediata por las empresas.
La aplicación de esta herramienta tiene múltiples beneficios para cualquier organización:
- Ofrece la posibilidad de redefinir los objetivos estratégicos en base a resultados que pueden ser medidos.
- Alineación de los colaboradores con la estrategia establecida.
- Integración de todas las áreas de la empresa.
- Facilita la retroalimentación con el personal y el desarrollo profesional de este último.
- La estrategia pasa a poder cumplirse mediante acciones concretas y viables.
- Se incrementa la generación de valor tanto para la empresa como para el equipo que trabaja en ella.
- Posibilita una mejor toma de las decisiones, ya que permite optimizar la información obtenida, cuyo análisis nos permitirá dirigir al negocio en un sentido o en otro.
¿Cómo hacer un balance scorecard?
Estas son las indicaciones que debes seguir para realizar tu propio balanced scorecard de forma correcta:
- Define la estrategia. Para ello hay que definir la misión (la razón por la que existe la empresa), la visión (hacia dónde se dirige la empresa), los valores de la empresa (su filosofía) y la estrategia (el plan a seguir). Puede haber tres tipos de estrategia: liderazgo en costos (favorecer el precio más bajo del mercado), diferenciación (productos y servicios que hagan única a la empresa) y enfoque (centrarse en un nicho del mercado).
- Establecimiento de objetivos. Para que sea más fácil, dividiremos los objetivos en cuatro tipos de categorías: financieros o numéricos (incrementar ventas, mejorar la rentabilidad), desarrollo y aprendizaje (se centra en el equipo de trabajo, sistemas y clima laboral), procesos internos (establecer los procedimientos clave de la empresa que aumentarán la productividad, mejorar la calidad etc.), centrados en el cliente (mejora de entregas, incrementar el número de clientes).
- Generación del formato de balance scorecard. En él se agregarán la siguiente información: objetivo definido, métrica, meta a lograr, peso del objetivo, resultado del período, indicador visual de resultados y plan de acción.
- Asignación de los objetivos. A cada miembro del equipo, incluido directivos y gerentes, se le asignará una serie de objetivos en función de su área de operación.
- Asegurar que las fuentes de información son fiables, accesibles, fáciles de obtener y están actualizadas.
- Efectuar revisiones del balance scorecard. En este punto habrá que calificar si se están cumpliendo o no con los objetivos marcados. En cuanto a la periodicidad, dependerá del sector empresarial en el que se esté. Con esta evaluación tendremos una visión general del proceso y podremos tomar decisiones respecto al plan de acción.
- Implementación de un ciclo de mejora. Se trata de hacer una revisión, cada seis meses, de la estrategia establecida, así como de las metas y en caso de ser necesario, trazar los ajustes que permiten cumplir esos objetivos.
La práctica de estos siete pasos del balance scorecard hará que nuestra empresa construya una cultura organizacional orientada a cumplir con objetivos.