¿Quién no ha oído alguna vez hablar de los Derechos de Propiedad Intelectual en relación con cualquier manifestación artística? Sin embargo, si se hace la misma pregunta en asuntos industriales o comerciales es bastante probable que muchas personas desconozcan que también se pueden proteger. Son supuestos más complejos, ya que existen tres figuras. Es momento de aclarar la diferencia entre patente, know how y secreto industrial.
Antes de continuar conviene que cualquier emprendedor o empresario empiece a ser consciente de la trascendencia de adoptar medidas en alguna o varias de estas materias para preservar la integridad de su negocio. En estos tiempos de conocimiento globalizado y asequible a cualquiera por Internet y las nuevas tecnologías, se hace imprescindible cierto blindaje de nuestras secretos empresariales, ideas o iniciativas.
Diferencia entre una patente, un secreto industrial y know-how
La primera diferencia que hay que señalar se refiere a la unanimidad o no en la definición de estos tres conceptos. Porque mientras que es absoluta respecto al término de patente, no ocurre lo mismo con los otros dos. Y es que, mientras hay autores para los que el secreto industrial y el know-how son sinónimos, hay otros que encuentran matices que los diferencian. Recogemos esta última posición para exponer la mayor gama de posibilidades a los empresarios:
- Patente. Precisa de un trámite legal para que se conceda esta condición a cualquier procedimiento, aparato o producto nuevo, así como al perfeccionamiento o mejora de los mismos. Al conceder el título de patente se reconoce el derecho a su explotación en exclusiva, mientras que se pone a disposición del conocimiento público. Esto quiere decir que la patente nada tiene que ver con mantener en secreto ese conocimiento, si no que se puede excluir de su fabricación, uso o comercialización a otros. Asimismo, conlleva el derecho al pago de una indemnización si se produce explotación no autorizada de la misma. Tiene una duración máxima de 20 años, siempre que se paguen anualmente las tasas correspondientes. Aprende cómo patentar una idea si no quieres que otros se lucren con ella.
- Secreto industrial. Al contrario que la patente, no requiere de ningún trámite legal, lo que va en menoscabo de su protección frente a terceros. Para conseguirla se debe recurrir a otras figuras legales como las cláusulas de confidencialidad u otros contratos que afecten a las personas que tienen acceso o trabajan con conocimientos relativos a la fabricación de un producto, una estrategia de negocio, un avance técnico o un producto/servicio sobre el que la empresa ha tomado medidas para mantenerlo oculto a la competencia. Por tanto, aquí el objetivo es que no trascienda información sobre la materia que no queremos que se divulgue. Por contrapartida, en casos de fuga de datos no se puede intervenir sobre quienes los usen, salvo que se demuestre que se han obtenido con actos ilícitos (robo, incumplimiento de contrato, soborno…) Es de duración indefinida, siempre que se mantengan vigentes las medidas complementarias para limitar su difusión
- Know How. Alude al conjunto de conocimientos adquiridos por una empresa mediante la investigación o producto de la experiencia que sirven para mejorar la gestión de ese negocio. Se trata de saberes de tal complejidad que es casi imposible que se copien por terceros. Esta expresión inglesa se diferencia del secreto industrial básicamente en dos aspectos: que no se refiere a procesos técnicos industriales y su divulgación no hace que se deje de considerar como tal.
El ejemplo más clarificador de los que es un Know How son las franquicias, que precisamente basan su negocio en vender esos conocimientos a otros para que manejen de forma eficiente sus empresas.
La recomendación de los expertos es que, más allá de la diferencia entre patente, know how y secreto industrial, lo conveniente es jugar con la complementariedad que ofrecen todas ellas.