Cuando te reúnes con un cliente, con un proveedor o si vas a pedir financiación empresarial tan importante es lo que dices como lo que no dices. El lenguaje no verbal juega un papel clave en nuestro discurso, ya que muchas veces sabemos más de una persona por lo que calla que por lo que habla, así que habrá que cuidar al máximo este aspecto. Si no es uno de tus puntos fuertes, a continuación te dejamos una serie de consejos para reforzar tu lenguaje no verbal y evitar que te juegue malas pasadas en tus citas de negocios más importantes.
Claves para un lenguaje no verbal correcto
El lenguaje no verbal es fundamental a la hora de hacer exposiciones para presentar proyectos de empresa, dirigirte a clientes o a tus empleados. Sea donde sea, mejorarás tu comunicación de forma significativa. Sigue estas recomendaciones y verás como consigue que tu lenguaje no verbal mejora de forma significativo.
1. Mira a tu interlocutor a los ojos
Establecer contacto visual es una de las mejores formas de conectar con la otra persona. Hay que conseguir que las miradas se crucen durante la conversación, lo que nos ayudará a generar un clima de comodidad donde ambos nos sentiremos a gusto y la comunicación fluirá. Si no miras a los ojos cuando hablas, la otra persona puede creer que mientes y le despertarás dudas, creándole una muy mala impresión.
2. Sonríe
Tan importante como mirar a los ojos es sonreír. Son los dos aspectos vitales para generar ese escenario donde todos nos sentiremos cómodos, así que sonríe siempre que sea posible, y no tardes en hacerlo. Una cara amable, sonriente, causa una excelente impresión en la otra persona, lo que hace que se vuelva más predispuesta a escuchar lo que tienes que decirle.
3. Respeta el espacio personal
No nos situaremos a 200 metros de la otra persona, pero tampoco estaremos encima, causando una sensación de incomodidad que no beneficia a nadie. Hay que saber respetar el espacio personal de cada uno, su invasión puede ser vista como una amenaza y hará que la otra persona esté menos predispuesta a atender nuestras propuestas.
4. Enseña las manos
Antes de empezar, puedes estrechar la mano a la otra persona para mostrar más cercanía. El tacto nos acerca a otras personas. Pero más allá de dar la mano, mostrar las palmas de las manos mientras hablamos es sinónimo de buenas intenciones, de que no hay nada que querramos ocultar. Los gestos nos ayudan a reforzar la credibilidad de nuestras palabras, pero tienen que ir unas décimas de segundo por delante de la voz.
5. Abre tu cuerpo
No te escondas, abre tu cuerpo a la persona con la que estás hablando. Si tienes una postura vertical, abierta, simétrica y estable la otra persona confiará mucho más en ti. Es sinónimo de transparencia, una postura mucho más cercana que si nos ocultamos, y facilita la conexión con el interlocutor. Abrir el cuerpo y mostrar las manos son dos señales de confianza que se remontan a nuestros antepasados más lejanos.
6. Controla el tono de voz
Al principio decíamos que tan importante es lo que decimos como lo que no decimos… y aquí habría que incluir el cómo lo decimos, porque el tono de voz puede ser un factor decisivo a la hora de cumplir nuestro objetivo. Un tono de voz excesivamente agudo con un volumen muy alto le quitará credibilidad a tu discurso. En cambio, un tono y volumen moderados transmiten sensación de control, lo que facilitará la comunicación.
7. Fíjate en el lenguaje no verbal de los demás
Más allá de analizar tu lenguaje no verbal, presta atención al de los otros. Verás comportamientos incoherentes, aspectos relacionados con el lenguaje no verbal que no casan con lo que esperas, que no te transmiten sensaciones positivas; pero también encontrarás gestos o señales agradables, que te ayudan a sentirte más cómodo cuando hablas. El hecho de analizar como se comportan los demás también te debería hacer reflexionar sobre si tú también sigues esas pautas y cómo puedes corregirlas.