Uno de los grandes problemas con los que puede encontrarse cualquier empresa es la morosidad, un problema que se agrava en el caso de las pymes. Se estima que el futuro de 3 de cada 10 pequeñas y medianas empresas está en peligro por culpa de la morosidad, que amenaza la viabilidad económica de estas empresas. Para hacer frente a este problema, te proponemos una serie de medidas para tener bajo control la morosidad de la empresa, reduciendo así los impagos o pagos retrasados de modo que nos garanticemos un futuro económicamente estable.

¿Cuáles son las mejores recomendaciones para reducir la morosidad?
Aquí puedes encontrar una lista de cosas que debes hacer si quieres asegurarte de que tus clientes pagan sus facturas.
Infórmate del riesgo de morosidad de los clientes
Conocer la solvencia financiera del cliente nos evitará desagradables sorpresas en el futuro. Es una máxima que cualquier empresa debería tener en cuenta, así que trataremos de averiguar si nuestros clientes son capaces o no de responder a los pagos acordados. Así sabrás si un retraso en el pago es puntual o una estrategia.
Medios de pago parciales… y por escrito
Medidas tan simples como establecer una parte del pago al contado nos ayudan a asegurarnos de empezar a cobrar la factura y a ganar liquidez al momento. Nunca está de más recoger todas las condiciones de pago por escrito, un documento más que nos servirá para demostrar el impago.
Actúa igual ante todos los retrasos o impagos
Aunque en ocasiones los retrasos en los pagos se deben a despistes puntuales, hay que diseñar una estrategia para actuar de forma uniforme cada vez que se produzca un impago o retraso en los pagos: avisos, plazos, reclamaciones, apercibimientos… Hay que anticiparse y tener un plan preparado para actuar en estos casos.
Plazos y deudas domiciliadas
Una de las herramientas que tenemos para reducir la morosidad es lo que se llama “gota a gota”, las que se pagan poco a poco. Es una fórmula atractiva para que la empresa obtenga liquidez, pero hay que tener en cuenta unos intereses derivados que podrían superar el capital en sí, generando un serio problema.
Financiarse en divisa extranjera
Puedes ser una buena herramienta para las empresas que importan o exportan bienes o servicios a terceros países donde se utiliza otra moneda. Lo habitual en estas operaciones es utilizar dólares americanos, yenes o francos suizos, pero hay que tener en cuenta que son divisas que cotizan a diario y sus cuotas pueden oscilar mucho a lo largo del tiempo. Por eso, hay que elegir bien la moneda.
Haz un seguimiento continuo de tus facturas
Una cuestión fundamental para evitar impagos es realizar un seguimiento día a día de todas las facturas que emitas y de los cobros. Es algo básico en la organización de la empresa, y si llevas un control minucioso de los diferentes cobros y pagos ofrecerás a tus clientes una imagen de formalidad y profesionalidad que te ayudará a asegurar cierta estabilidad financiera.
Solicita la devolución del IVA ante impagos
Cuando la morosidad se convierte en impago, tenemos la opción de pedir la devolución del IVA. Si has incluido las facturas impagadas en tu declaración trimestral del IVA, la ley nos permite solicitar que nos devuelvan el IVA una vez pasados 6 meses. No es la solución ideal, pero sí un mal menor.
Como ves, tenemos diferentes herramientas o estrategias a nuestro alcance para hacer frente a la morosidad en nuestra empresa. Cuanto más pequeña es la compañía, más problemas puede causarle este problema; pero no es cuestión de tamaño sino de supervivencia. La morosidad es un lastre, supone una pérdida de ingresos y dificulta la generación de puestos de trabajo, así que debemos hacer todo lo que esté en nuestra mano para hacerle frente.
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