Una buena gestión comercial es fundamental para garantizar el éxito de tu negocio. Se trata de una herramienta que te va a permitir promover tu producto o servicio.
No olvides que la venta de tu producto o mercado es tu objetivo final. Esto hará que tu empresa se vaya asentando y prosperando. Asimismo, irás ganándote la confianza de los clientes. Como consecuencia de todo esto, tu empresa alcanzará la rentabilidad.
¿Por qué es importante la gestión comercial?
La gestión comercial consiste en hacerse conocer. Esto es que la empresa llegue a todo cliente potencialmente interesado en tus servicios o productos. Pero con eso no basta. También debes causar una buena impresión a tus clientes y estos últimos mostrarse satisfechos con tus productos o servicios.
En este sentido, es fundamental desarrollar una buena gestión comercial si quieres lograr tus objetivos empresariales y controlar todas tus actividades financieras. Es importante tenerla en cuenta, ya que gracias a ella conseguirás mejorar la competitividad y la productividad.
Por tanto, será necesario que nuestro departamento correspondiente lleve a cabo la coordinación de un buen equipo técnico y equipo humano.
La gestión comercial es, en definitiva, la mejor herramienta con la que conseguirás mejores relaciones comerciales. De este modo, llegarás a conseguir los objetivos empresariales que te hayas marcado, así como una mayor rentabilidad de tu negocio.
Por otro lado, como ya hemos mencionado, te ayuda a controlar de una forma eficaz todas las actividades financieras que los comerciales tengan a su cargo. Así, podrás ver de forma detallada cómo es la relación comercial que estos mantienen con los clientes de la empresa.
Es importante contar con una buena dirección comercial que sepa coordinar con eficacia y eficiencia a todo el equipo de comerciales, así como tener un gran conocimiento sobre nuestro mercado y de nuestra empresa.
Los beneficios de una buena gestión comercial
Como puedes suponer, una buena gestión comercial tiene grandes ventajas para tu negocio como:
- Medir de manera inmediata los datos y obtener una evaluación de los resultados, tanto del equipo comercial como de la empresa en su totalidad. De esta forma, podrás tomar la decisión más adecuada, según la situación.
- Orientar hacia dónde debes encaminar la estrategia de la empresa para que esta sea rentable.
- Analizar el funcionamiento y la gestión del talento respecto a los clientes.
- Optimizar la relación de la empresa con el cliente.
- Sabrás si se están cumpliendo con los objetivos de forma inmediata.
- Mejorará la comunicación interna, ya que todo el equipo comercial podrá acceder a la información, a los mismos datos de clientes.
- Podrás diagnosticar y corregir las posibles deficiencias en el proceso de producción de la empresa. Así como prever posibles situaciones.
Las etapas del proceso de gestión comercial
Obviamente, para lograr tus objetivos, es crucial planificar el proceso de la gestión comercial en todas sus etapas.
- Identificar los clientes potenciales. En esta primera etapa se deben crear y optimizar la obtención de prospectos.
- Elaborar una estrategia de venta. Es cierto que no existe una receta mágica para vender. De ahí la necesidad de conocer lo que se quiere vender, contar con información del potencial cliente para entender su necesidad. De este modo, encontrarás el beneficio que puede aportarle tu servicio o producto.
- Acercarse al potencial cliente. Encontrar la fórmula que te permitirá aproximarte a tu potencial cliente y ganarte su interés en escuchar tu propuesta.
- La propuesta comercial. Explicar a qué se dedica la empresa, su experiencia en el sector y los beneficios que puede aportar la contratación de tus servicios.
- Etapa final de compra. Puede ser positivo porque se produce la venta o negativo, es decir que no consigas vender.
- Objeciones. Además de las etapas que hemos visto es importante prepararse un listado con las posibles dudas y objeciones que pueda hacernos el cliente potencial.
- Seguimiento. Con la venta no se acaba el proceso. En caso de cierre positivo, se ha de supervisar que se ha cumplido con lo prometido en la venta, con el plan de calidad del producto. Asimismo, para propiciar un acercamiento al cliente se aconseja ofrecer un servicio de posventa. En el supuesto de un cierre negativo, habrá que analizar por qué no contrató nuestro servicio o producto. Esto nos permitirá mejorar en los procesos de la empresa.