No nos cansaremos de repetir la importancia de la formación continua para los trabajadores en el seno de una empresa. Cualquier compañía que se precie se encargará de organizar sesiones para que sus empleados reciban una formación periódica que les mantenga actualizados, al tanto de todas las novedades que afecten al sector; y una de las herramientas de formación empresarial que tenemos es el workshop, unos talleres donde el trabajador es el protagonista y que se desarrollan en una sola sesión de entre 2 y 4 horas.
¿Cuál es el objetivo del workshop empresarial?
El objetivo principal de cualquier workshop empresarial es ofrecer a los trabajadores nuevos conocimientos o habilidades que les serán útiles en su día a día laboral. Paralelamente, se favorece el trabajo en equipo entre los diferentes miembros de la plantilla o el intercambio de impresiones entre compañeros de trabajo. Conviene resaltar que, a diferencia de los cursos donde sí que hay un profesor, en un workshop no hay ningún docente sino que está la figura del moderador aunque son los participantes los que llevan la batuta.
Debido a su corta duración, es fácil que los workshop formen parte de otra actividad formativa más amplia, como por ejemplo un seminario. Tampoco es extraño que en una misma acción de formación se celebren varios workshops, cada uno orientado hacia una temática diferente. Así, los trabajadores tienen la oportunidad de reforzar su formación en diferentes cuestiones que afecten su desempeño profesional. Un último objetivo de un workshop puede ser el networking siempre que esté dirigido a emprendedores, pymes, etc.
Claves para montar un workshop con éxito
Sin lugar a dudas, lo más importante al organizar un workshop es definir bien el tema. Ya hemos visto que tenemos el tiempo justo, así que se antoja indispensable elegir un tema que aporte valor a los participantes y definirlo bien. Una vez elegido el tema nos fijamos en la duración, aunque aquí conviene destacar que es más importante la calidad del workshop que las horas que durará. Dentro de esta planificación horaria del taller hay que incluir los descansos, sobre todo si dura más de 2 horas.
Para que el taller sea un éxito es imprescindible contar con el mejor material para que todos los participantes en el workshop cuenten con la información en un soporte físico que luego se puedan llevar a casa para repasar los aspectos más destacados, seguir investigando por su cuenta, etc. Pero no solo nos encargaremos de estos dossiers, también habrá que preparar las presentaciones que haga falta para el taller, las diferentes dinámicas que se harán en el workshop o cualquier recurso que pueda utilizar el moderador.
Según las actividades a realizar, podremos elegir una ubicación determinada. Normalmente, lo ideal es hacer el workshop en un lugar con luz natural y una buena estética, donde todos los trabajadores se sientan cómodos y se facilite la conversación. No hay que menospreciar la influencia del entorno en los participantes en cualquier taller, ya que una mala elección puede hacer fracasar el workshop. En cambio, una buena ubicación, en un lugar accesible con transporte público o facilidades para aparcar facilitarán la asistencia y nos ayudarán a conseguir el éxito que buscábamos.
Como no podía ser de otra manera, el workshop empezará con una buena presentación de lo que se va a hacer en el taller y finalizará con una ronda de conclusiones, donde los trabajadores podrán compartir y comparar sus resultados. Entre medias, es vital que se fomente el trabajo en equipo a través de dinámicas de grupo, experiencias prácticas y otras actividades que nos ayuden a hacer frente a la monotonía que a veces caracteriza las formaciones intensivas como las del workshop, actividades donde los participantes en el taller sean los protagonistas.