Vale que para emprender hace falta una buena idea de negocio y el capital necesario para llevarla a cabo, ¿pero sabías que además de eso hay una serie de habilidades que puedes poner en práctica para ser una persona emprendedora? Muchas veces nos centramos en factores económicos o coyunturales y obviamos el factor personal, las Soft Skills necesarias para emprender un negocio de la mejor manera posible. Hoy te explicamos qué habilidades puedes entrenar o potenciar para convertirte en el emprendedor que quieres ser.
¿Cómo es el perfil de una persona emprendedora?
Un buen emprendedor debe reunir una serie de cualidades personales (para poder desenvolverse con soltura ante cualquier situación), sociales (porque el emprendedor tendrá que relacionarse con otras personas, ya sean trabajadores a su cargo o clientes potenciales) y directivas (ya que la persona directiva tendrá que liderar su propio negocio). Así pues, a grosso modo un emprendedor debe ser una persona segura de sí misma, motivada, inteligente, con grandes dotes comunicativas y una capacidad nada desdeñable para asumir riesgos y adaptarse a los cambios.
Cualidades necesarias para ser un buen emprendedor
A continuación para conocer bien el perfil de un emprendedor vamos a desglosar las habilidades de un buen emprendedor dependiendo de su tipología: Soft Skills (tanto a nivel individual como social) y Hard Skills (en tanto que habilidades directivas necesita para llevar su negocio). No te agobies si a priori no cuentas con todas y cada una de las siguientes habilidades; todas ellas se pueden trabajar a través del autoconocimiento y la formación.
Cualidades personales
Son las que dependen de uno mismo, las que forjan la personalidad del emprendedor y la forma en la que éste se enfrenta a los retos, la toma de decisiones y los posibles inconvenientes que surjan en el camino. Las habilidades personales son la base de cualquier emprendedor: a partir de ellas se pueden conseguir todas las demás, pero si este escalón falla será complicado emprender con éxito:
- Confianza en uno mismo y en el trabajo que se está desempeñando.
- Motivación.
- Espíritu de superación.
- Capacidad de decisión.
- Capacidad de adaptación a los posibles cambios.
- Iniciativa y autonomía.
- Responsabilidad, disciplina y autocontrol.
- Capacidad de decisión.
- Actitud positiva pero realista.
- Capacidad para asumir riesgos.
Habilidades sociales
Por mucho que nuestra labor emprendedora sea solitaria al principio -especialmente cuando no tenemos socios y tenemos que levantar el proyecto con nuestras propias manos- más pronto que tarde tendremos que relacionarnos con una serie de personas que harán crecer nuestro negocio. Por ejemplo: posibles socios, proveedores, trabajadores que contratemos, clientes, otros empresarios en los que busquemos financiación… Llegará un momento en el que nuestra labor emprendedora ya no será individual y competerá a más gente, y por eso debemos estar preparados para ser capaces de relacionarnos como toca.
- Capacidad para trabajar en equipo.
- Capacidad para dar feedback constructivo y asimilar las críticas o las opiniones contrarias.
- Buenas dotes comunicativas.
- Capacidad para defender tus ideas y debatirlas con el resto de personas implicadas.
- Empatía y sensibilidad.
- Asertividad.
- Cooperación.
Habilidades directivas
La cúspide de la pirámide. Puede que un emprendedor nunca sea buen jefe si no cuenta las habilidades personales y sociales anteriormente descritas, pero si un emprendedor no trabaja las competencias directivas que enumeramos a continuación, difícilmente podrá hacer crecer su negocio.
- Capacidad de liderazgo.
- Capacidad de persuasión.
- Capacidad para organizar y optimizar los recursos disponibles.
- Capacidad para asumir las responsabilidades.