Si sabes inglés serás capaz de traducir burnout por quemado, agotamiento, sobrecalentamiento… y si antes le añadimos lo de síndrome nos encontramos con un problema de salud laboral que suele darse en ciertos profesionales. El perfil con más riesgo es el de las personas con un empleo monótono, que se sienten tan identificados con su trabajo que no pueden equilibrarlo con su vida personal, los que tratan de asumir más responsabilidades de las que deben o si sienten que no tienen el control sobre el trabajo. Desde el departamento de Recursos Humanos de la empresa se deberá trabajar por motivar a los empleados y evitar estos problemas de los trabajadores.
Definición de síndrome de Burnout
Podríamos definir el síndrome de Burnout como una respuesta extrema al estrés crónico fruto del contexto laboral. Tiene repercusiones a nivel individual y social, ya que el trabajador manifiesta un agotamiento físico, emocional o mental que afecta negativamente a su autoestima. Poco a poco va perdiendo la motivación laboral, el interés por su trabajo y por las responsabilidades que tiene que asumir, y este problema puede dar paso a otros más serios como la depresión. Además, tiene cierta influencia cultural.
Detrás de este síntoma puedes esconderse problemas como un jefe tóxico, unos compañeros poco respetuosos o directamente abusones o unos horarios difíciles, entre otros factores que pueden dar paso a ese estrés laboral que acabe con el trabajador quemado. Pero no solo en el trabajo está el problema, la situación en casa puede favorecer el desarrollo del síndrome de Burnout, pero también verse afectada por él. Las consecuencias de lo que pasa en el trabajo se llevan a casa, deteriorando las relaciones familiares.
Síntomas del síndrome de Burnout
Este problema puede manifestarse de diferentes formas, pero hay tres síntomas que destacan por encima del resto. El primero de ellos es el agotamiento emocional, una falta de fuerzas psíquicas y psicológicas fruto precisamente del desgaste profesional que ha propiciado la aparición del síndrome de Burnout. El trabajador nota que le faltan las energías, se siente fatigado física y mentalmente; y el hecho de tener que cumplir cada día con sus funciones laborales o de estar con ciertos compañeros provoca el agotamiento emocional.
El segundo síntoma destacado del síndrome de Burnout es la despersonalización, que se exterioriza en una mala actitud en la relación con los usuarios o clientes. El trabajador pierda la motivación que tenía por su trabajo y se muestra bastante más irritable. Las relaciones son cada vez más difíciles, hasta el punto de deshumanizar el trato. Por último se produce una falta de realización personal, lo que supone una pérdida de autoestima laboral, la frustración de sus expectativas y la aparición de cuadros de estrés fisiológicos, cognitivos y de comportamiento.
¿Qué hacer para evitar el síndrome de Burnout?
La mejor forma de hacer frente al síndrome de Burnout es la prevención, y para ello podemos aplicar una serie de trucos o estrategias que nos ayudarán a evitar su aparición. Por ejemplo, puedes establecer una serie de prioridades laborales y personales, no poner tu trabajo por encima de todo sino poder realizar actividades que te gusten más allá del trabajo. En este sentido, conviene renovar los objetivos y las metas de vez en cuando para no caer en la monotonía y seguir unos horarios coherentes tanto de entrada y salida al trabajo como de descanso, tiempo libre, etc.
También debes aprender a decir que no cuando sepas que no puedes asumir un trabajo para reducir los niveles de estrés. Otra de las cosas que deberías hacer es priorizar tu salud, un aspecto de vital importancia pero que a menudo relegamos por detrás del resto. Comer bien o descansar lo necesario te ayudará a sentirte mejor y a prevenir el síndrome de Burnout. Finalmente, trata de mejorar la comunicación con compañeros y jefes para favorecer el ambiente profesional y tener apoyos en los momentos de dificultad o acumulación de trabajo.