Es una acción bastante habitual que, llegados a una fecha señalada (navidad, un cumpleaños, un reconocimiento profesional, la celebración de algún logro importante en la empresa…), tu empleado pueda recibir algún regalo por parte de sus clientes y proveedores. Este obsequio, que a priori puede parecer un detalle cortés y sin mayor relevancia, podría ser en realidad un movimiento ilegítimo e incluso corrupto de una persona que busca “algo a cambio” por su regalo. Eso en el peor de los casos, por supuesto.
Entonces: ¿Pueden tus trabajadores aceptar regalos de sus clientes y proveedores? Por supuesto, siempre y cuando cumplan las siguientes condiciones:
– Que el valor del regalo no sea excesivo
Por ejemplo, en el Ayuntamiento de Madrid se ha fijado la siguiente norma: los empleados no pueden aceptar regalos que sobrepasen los 50 euros de valor. El límite fijado por el Ayuntamiento de Madrid determina que un trabajador no puede recibir más de 150 euros en regalos procedentes de una misma persona en el mismo año.
– Que el regalo tenga un motivo justificado
Cuando un cliente está muy satisfecho con los resultados y el buen hacer de tu empleado puede enviarle una botella de vino (por ejemplo) en señal de agradecimiento por el trabajo concluido. Es decir, a posteriori del servicio y sin pedir nada más.
– Que el cliente o proveedor no espere ningún tipo de “favor” o contraprestación a cambio del regalo
El punto anterior nos lleva irremediablemente a este. Como norma general un cliente corrupto no dice “Te regalo este reloj valorado en 2000 euros si a cambio pones en marcha esta acción que beneficia tanto a mi compañía“. La contraprestación fraudulenta suele resultar bastante sutil y a veces cuesta darse cuenta de que la comida abundante y carísima a la que te han invitado es, en realidad, una manera de pedirte un favor económico. Lleva mucho cuidado con este supuesto.
Cómo fijar un código ético en tu empresa para aceptar regalos e invitaciones de clientes y proveedores
Aunque el Código Penal enumera los supuestos en los que un regalo puede considerarse cohecho o corrupción lo cierto es que no establece lo que deberían costar dichos regalos para ser considerados detalles de buena voluntad o un mismísimo intento de soborno.
Así pues, lo mejor que puedes hacer como empresario/a es adelantarte a los acontecimientos y fijar un límite entre la cortesía y la ilegalidad. Es decir: implantar un protocolo de actuación que determine qué obsequios pueden ser aceptados por tus trabajadores y cuáles no.
Este protocolo debe estar dirigido a TODOS los miembros de tu empresa (altos directivos, empleados e incluso colaboradores). De esta manera evitarás que tus trabajadores puedan caer en malas prácticas a sabiendas o por puro desconocimiento.