Cuando empieza verano, muchas empresas cambian a jornada intensiva para dejar libres las tardes de sus empleados. La jornada intensiva puede tenerse todo el año, o solo durante unos meses o periodos. Dependerá de la distribución del trabajo que haga la empresa, y de cómo se regule en el propio contrato y en el Convenio Colectivo.
¿En qué consiste y cuándo tengo derecho a ella?
La jornada laboral intensiva supone realizar toda la jornada laboral sin descansos, más allá del obligado por la ley de 15′ en jornadas de más de 6 horas. Por ejemplo, si tu horario fuera de 9 a 14h y de 15 a 18; la jornada intensiva podría ser de 8 a 15h (acumulando horas durante el año, en verano puede reducir su jornada).
Normalmente, este tipo de condiciones vienen ya establecidas en el contrato y en el Convenio Colectivo (como ya hemos comentado). Pero siempre se pueden dar situaciones que fuercen este horario, como que en la empresa se diera anteriormente y de repente dejara de reconocerlo. O si comprometiera la conciliación familiar, podría incluso negociarse para poder recurrir a un horario intensivo.
¿Por qué utilizar el horario intensivo (o por qué no)?
Dependiendo del tipo de empresa puede ser una ayuda realizar jornadas intensivas de trabajo, aprovechando las horas de mayor productividad y predisposición. Vamos a repasar algunas de las ventajas (y desventajas) que tiene este tipo de horarios.
Ventajas para el trabajador:
- Permite conciliar mejor la vida profesional con la vida personal o familiar. Al dedicarle menos tiempo a trabajar o estar en el ámbito del trabajo, se tiene más tiempo para el ocio, la familia, la casa, descansar, etc.
- Mantener la productividad. Abandonar durante largo rato la tarea, o incluso realizarla durante la tarde, cuando se tiene menos energía, puede minar bastante la efectividad de las tareas.
También para el empresario:
- Un trabajador que pueda conciliar su vida laboral y familiar estará más motivado y puede incluso mejorar su productividad, y según han revelado algunos estudios, reducir el absentismo.
- Para algunas empresas puede suponer un ahorro de costes en suministros. Cuanto menos tiempo estén los trabajadores en el centro de trabajo, menos tiempo tendrá que estar encendida la luz, la calefacción o el aire acondicionado, ordenadores, maquinaria, etc.
Desventajas de la jornada intensiva
El trabajador tendrá un ritmo más intenso de trabajo, al reducirse las pausas de descanso y en determinado tipo de trabajos los quince minutos mínimos pueden no ser suficientes.
Si se trabaja con otras empresas, proveedores o clientes que no tienen jornada intensiva muchas veces es necesario trabajar fuera del horario y se terminan realizando horas extra que no siempre son retribuidas. Por ejemplo, en tiendas cuyo horario al público depende de la afluencia de clientes es difícil tener trabajadores con jornada intensiva.
En la actualidad los consumidores demandan cada vez horarios de atención y servicio más amplios, por lo que no en todas las empresas se puede implantar la jornada intensiva si no se dispone de varios turnos de trabajo.
En conclusión, la jornada intensiva es un tema que puede traer grandes ventajas a las empresas, pero debe tenerse en cuenta la prioridad de cada una de ellas. Busca siempre la comodidad de tu trabajador para que esté motivado en el trabajo; pero no descuides qué necesidades tienes como empresario.