De alguna forma, los objetivos generales tienen como objetivo marcar y delimitar el camino global que debe seguir la empresa, mientras que los objetivos específicos se encargan de que éstos se cumplan, a través de pequeños hitos y etapas.
Veamos a continuación un poco más acerca de qué son los objetivos específicos de una empresa, junto con algunos ejemplos.


¿Qué son los objetivos específicos de una empresa?
Los objetivos específicos tienen como punto de partida un objetivo general. La idea consiste que ante cualquier meta general que podamos tener en el negocio, es necesario saberla desarrollar de forma gradual, a través de sucesivas etapas que permitan corregir o evaluar la estrategia seguida.
No hay que olvidar, que aunque podamos tener en nuestro negocio una serie de objetivos generales candidatos a ser tenidos en cuenta, si no desarrollamos pautas y guías que nos permitan continuar en cada fase alcanzando las metas que nos proponemos, difícilmente lograremos el éxito que deseamos.
Es evidente, que a la hora de plantear cuáles van a ser nuestros objetivos específicos es imprescindible realizar un análisis previo que nos ayude a delimitar las metas en función del tipo de negocio.
Esto es esencial porque muchos emprendedores no invierten tiempo en establecer cuáles son sus prioridades y objetivos, adecuándolos a su modalidad de empresa, sino que simplemente escogen objetivos ya predefinidos, que difícilmente se adaptan a lo que ellos necesitan.
Establecer los objetivos en base a la naturaleza del negocio es clave para conseguir las metas propuestas en la empresa durante el Plan de Acción. Hay que tener en cuenta, que dichos objetivos irán en relación con la tipología de cliente ideal, el tipo de mercado al que se dirige, los precios de producto, etc.
Ejemplos de objetivos específicos
Para comprender mejor la aplicación y la naturaleza de los objetivos específicos, vamos a estudiar el concepto ayudándonos de una serie de ejemplos.
El análisis vamos a realizarlo sobre una empresa hipotética de consultoría de marketing y ventas, de reciente creación y con servicios dirigidos a un público empresarial.
- En primer lugar, definimos la investigación de mercado y la estrategia de ventas para definir cuál es el panorama comercial actual, y las metas que deberemos fijarnos para conseguir los resultados deseados.
- Para ello, comenzamos estableciendo los objetivos generales. Por ejemplo, supongamos que queremos: aumentar las ventas trimestrales de la empresa en un 40%, abrir 3 sucursales más durante este año y aumentar la productividad en un 20% en el plazo de dos anualidades.
- Seguidamente, pasaremos a establecer los objetivos específicos en base a los generales. Para los casos anteriores, tendríamos como ejemplo lo siguiente: para aumentar las ventas trimestrales en un 40%, formaremos y contrataremos dos comerciales más que se incorporarán al equipo, estableceremos un sistema de gestión CRM para evaluar el canal de ventas y dirigir los esfuerzos solo a aquellos sectores de clientes que más nos interesan.
- Para finalizar, realizamos el análisis y la medición de las estrategias realizadas para asegurarnos de que están resultando efectivas en relación a las metas propuestas. Si no se realiza esta evaluación, difícilmente podremos saber si vamos por el camino adecuado.
Como podrás comprobar tras leer el contenido del artículo, establecer los objetivos específicos de la empresa no es un algo complicado o imposible.
La mayor dificultad frente a la que suelen encontrarse los empresarios, es a la hora de detallar el análisis previo que establece el entorno comercial del negocio. Y es que, si esta fase no se realiza de forma adecuada, difícilmente podremos saber a qué camino debemos dirigir nuestra empresa para conseguir las metas propuestas.
Conoce la información sobre los tipos de objetivos que existen y las características que poseen cada uno de ellos.

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Se debe tener en cuenta que los objetivos empresariales siempre van a variar y depender de los resultados de la empresa y de sus necesidades y tipología. No obstante, a continuación te ennumeramos una serie de ejemplos de objetivos específicos empresariales:
- Tener un excelente servicio al cliente.
- Optimizar la gestión del cambio.
- Lograr y mantener un flujo de caja saludable.
- Lograr un crecimiento sostenible.
- Aumentar la rentabilidad del negocio.
- Mejorar la productividad.
- Mantener los valores empresariales.
- Mejorar a la competencia.
- Lograr alcanzar a los potenciales clientes adecuados.
- Atracción y retención del capital humano.
Tener claros los objetivos de la empresa y llevar una medición de ellos nos ayuda a saber cuál es la situación en la que se encuentra una empresa u organización en relación con esta meta. Mantener el foco en estos objetivos y analizar los resultados permite realizar adaptaciones y cambios para poder cambiar el rumbo y lograr alcanzar el objetivo.