A lo largo de la historia, el trabajo en equipo ha sido clave para el progreso de la Humanidad. Ya en la prehistoria, los diferentes clanes o tribus trabajaban en equipo para garantizar su supervivencia, y esta tendencia se ha ido manteniendo y perfeccionando con el paso de los siglos hasta llegar al día de hoy. Actualmente, la capacidad de trabajar en equipo es una de las competencias más buscadas por las empresas, que dan una especial relevancia a esta habilidad debido a varios aspectos que conviene analizar.
Una mayor productividad
Sin lugar a dudas, la principal razón que lleva a organizaciones de todo tipo a apostar por el trabajo en equipo es el aumento en la productividad, que mejora en diversos sentidos. Por una parte, nos encontramos con que los trabajadores se involucran en mayor medida en los proyectos, se sienten parte de ese todo que es la empresa, y esa mayor implicación se traduce en un mejor trabajo. Al repartirse las responsabilidades y la presión, se reducen los errores por lo que el trabajo será más eficiente.

Por otra parte, la productividad aumenta al reducirse los costes. Los equipos de trabajo son más baratos de mantener que las estructuras jerárquicas verticales, con más puestos de mando que exigen un buen salario. Un solo directivo puede coordinar varios equipos de trabajo. Además, al haber varios trabajadores al mismo nivel, cuando surge un problema es más fácil dar con la solución, lo que indudablemente supone una ganancia de tiempo y un ahorro de recursos materiales y temporales para la empresa.
Mejora el ambiente de trabajo
El trabajo en equipo también favorece la mejora del ambiente de trabajo. Los trabajadores crean lazos más fuertes entre sí, crece la colaboración entre compañeros y un trabajador sabe que si tiene algún problema siempre habrá un compañero dispuesto a echarle una mano. Es innegable que el trabajo en equipo sirve para impulsar las relaciones entre trabajadores, ya que sin ellas sería casi imposible sacar adelante ningún proyecto de equipo. Si el ambiente de trabajo es bueno, los trabajadores rinden más y los resultados obtenidos por la empresa son mejores.
Por esa razón, las empresas buscan rodear a los trabajadores con más talento de equipos que puedan estar a la altura, de forma que estos se sientan más a gusto en la compañía. La creación de estos equipos de trabajo sirve tanto para retener el talento como atraer a nuevos trabajadores talentosos a la organización, ya que ven en ella el lugar ideal para desarrollar su trabajo, con un buen clima de trabajo y una empresa que los rodeará de los compañeros adecuados. Así es como se forman los equipos de alto rendimiento.
Empresas más preparadas para los cambios
La colaboración entre trabajadores y conocer las etapas del desarrollo de un equipo hace que los conocimientos individuales de cada uno cobren una mayor importancia. El talento de un trabajador repercute de forma positiva en sus compañeros, lo que crea sólidas alianzas de trabajo. Y estas sinergias entre trabajadores son las que permiten a la organización estar mucho más preparadas de cara a los escenarios de cambio y las posibles amenazas que puedan obstaculizar sus objetivos. El trabajo en equipo dota a las empresas de una mayor capacidad de reacción ante escenarios difíciles.
Para que el trabajo en equipo sea una realidad, las empresas deben ofrecer a todos sus equipos de trabajo las herramientas necesarias para que saquen adelante su labor. La presencia de un buen líder al frente del equipo es imprescindible para que el equipo funcione correctamente, pero también es importante organizar los equipos en función de las habilidades entre empleados y de la relación que hay entre ellos. Si alguno de estos aspectos falla, el equipo de trabajo se desmoronará y la organización sufrirá las consecuencias.