A todas las empresas les gusta saber qué piensa la gente de ellas, pero no todas saben cómo hacerlo. Está claro que una buena reputación corporativa nos permite aumentar las ventas, atraer y fidelizar a un mayor número de clientes que si tenemos una reputación negativa. Sin embargo, medir nuestra reputación empresarial no es tarea fácil. Para ello, nos podemos apoyar en una serie de indicadores o KPIs para medir la reputación corporativa de la empresa, unos parámetros objetivos que nos ayudan a hacernos una idea de qué piensa la sociedad de nuestra organización.
¿Cómo mediar la reputación corporativa?
Aquí tienes diferentes opciones con las que puedes controlar tu reputación corporativa. Cada una de ellas nos muestra diferentes aspectos acerca de la posible reputación de nuestra empresa o marca.
1. Cobertura mediática, ¿es favorable?
Todos sabemos que hay ciertas empresas que suelen aparecer por cuestiones positivas en los medios de comunicación y otras que lo hacen por temas a menudo negativos. La cobertura mediática es uno de los grandes condicionantes de la reputación corporativa, y debería ser un pilar del plan de comunicación interna. Hay que cuidar la imagen de la empresa especialmente en los medios generalistas, pero también en los especializados.
2. La opinión de las terceras personas
Está claro que una buena valoración por parte de tus clientes o tus proveedores será positiva, pero otro de los indicadores de reputación corporativa es la valoración que tienen de tu empresa otros actores del mercado, como la competencia, o de otros sectores. A partir de una buena imagen de empresa y de unos valores podemos construir la reputación de nuestra empresa.
3. Lealtad del cliente: el usuario es lo más importante
Un error bastante común es tratar al cliente como un mero vehículo para obtener beneficios. Sin embargo, la fidelización de los clientes es incluso más importante que el volumen de ventas, por lo que ofreceremos un enfoque lo más humano posible. Solo así seremos capaces de situarnos bien en el contexto actual y reforzaremos la imagen de nuestra empresa.
4. Legitimidad en el entorno
No podemos pasar por alto que nuestra empresa no es un ente independiente, forma parte de un todo, un ecosistema empresarial, y ese ecosistema nos debe admitir. Si no cuentas con la aprobación del entorno empresarial o comunidad donde desarrollas tu actividad es casi imposible que aspires a una buena reputación corporativa.
5. Buena valoración entre los reguladores
Todos los mercados cuentan con una serie de reguladores legales, jurídicos o fiscales que marcan unas directrices que las empresas deben cumplir. Son reguladores asociados a los gobiernos, bien del Estado bien regionales o locales, y son una referencia a la hora de construir nuestra reputación. Por ejemplo, una empresa que está al día con sus obligaciones fiscales o laborales tendrá una mejor reputación corporativa que una empresa a la que abren constantemente expedientes y es sancionada habitualmente por no cumplir con esas obligaciones.
6. Valoradores de reputación
Hay una serie de empresas o entidades que ofrecen sus índices de reputación empresarial, y nunca está de más estar bien posicionados en ellos. Nos referimos a clasificaciones como las del Ranking Nacional de Empresas, InfoAdex, Mejores Marcas Españolas, Best Workplaces España, etc., donde se analizan una serie de factores (horarios, sueldo, beneficios de los trabajadores) para elaborar esta lista que nos hará ganar reputación.
A partir de estos parámetros puedes medir la reputación de tu empresa, pero aun así no es tarea fácil. Muchas veces, nos encontramos con una serie de criterios subjetivos de cada persona que no se pueden abordar uno a uno, así que intentaremos centrarnos en esos indicadores para proyectar la imagen más positiva posible. No olvides que la reputación corporativa se construye a largo plazo, es fruto de un trabajo continuo y debe mantenerse a lo largo del tiempo si queremos mantenerla. De lo contrario, nos arriesgamos a dañarla.