¿Cómo debe ser un buen jefe? Seguro que todo el mundo tiene su imagen del jefe ideal, ese tipo de líder con el que le gustaría trabajar, pero eso no significa que sea el mejor modelo. Hay una serie de características o habilidades que servirán para definir a un buen jefe, así que si buscas un líder para tu empresa deberías asegurarte de que las tiene. Pero no solo eso, tú, como responsable de la compañía, deberías asegurarte de que también cumples con esos requisitos y trabajar las habilidades imprescindibles en un buen jefe.
Habilidades importantes en un buen jefe
Anota los tipos de habilidades y aptitudes que debe tener un buen jefe de cara a llevar correctamente la gestión y dirección de la empresa. Así podrás organizar y gestionar tus equipos con éxito, presta especial atención:
1. Capacidad de liderazgo
No hace falta decir que lo básico para ser un buen jefe es tener una capacidad de liderazgo que pasa por saber posicionarse ante todo tipo de situaciones. Cierto que hay varios tipos de liderazgo, y que cada uno de ellos tiene sus pros y sus contras, pero el jefe debe saber aplicarlos de forma efectiva. Un buen liderazgo también pasa por empoderar a los trabajadores, dejarles espacio para que crezcan y se desarrollen profesionalmente. Un jefe que está todo el día corrigiendo cualquier mínimo detalle no será un buen líder.
2. Inteligencia emocional
Controlar las emociones es crucial cuando estamos dirigiendo un equipo. Los proyectos no suelen ser lineales, nos encontraremos con cambios, momentos de crisis y momentos de éxito que el jefe debe saber gestionar. Un buen líder sabrá controlar sus impulsos, emociones y actitudes en las duras y en las maduras, si no lo hace tarde o temprano se acabará volviendo en su contra. Y aprende a construir una relación jefe empleado para favorecer el trabajo en equipo y la productividad.
3. Organización y planificación
Son dos habilidades que debe tener tanto el jefe de la empresa como los líderes de los diferentes departamentos de la compañía. Organización quiere decir que desarrollará su trabajo de modo coordinado y coherente con lo estipulado por la empresa, ya que alterar el orden de las tareas puede modificar sustancialmente el resultado final. Para que el orden funcione, antes es necesaria una buena planificación de tareas, trabajo, recursos y plazos.
4. Productividad y búsqueda de resultados
Cuando nombran a alguien jefe es porque se cree que puede cumplir con unos objetivos. Por eso, otra de las habilidades que debe tener es la productividad, orientada a la búsqueda de los resultados que se han fijado como meta. Para ello, deberá seguir la evolución de los números y productividad de la empresa al día y fijar unas metas realistas que los trabajadores deben conocer.
5. Crear un buen ambiente de trabajo
Otra habilidad imprescindible de un buen líder es crear el mejor ambiente de trabajo para que los empleados se sientan a gusto en su puesto. Es la mejor forma de gestionar el talento humano, para lo que el jefe debe conocer a sus trabajadores y saber qué puede pedirles y esperar de ellos. Esto hará que los empleados estén más motivados, dejen fluir nuevas ideas y cumplan más fácilmente con los objetivos propuestos. Debe ser un ambiente inclusivo, donde todos se sientan integrados.
6. Retroalimentación
Un buen jefe no debe temer a las propuestas de los demás. Entre sus obligaciones debería estar el intercambio de ideas y propuestas con sus colaboradores, una retroalimentación donde no podemos pasar por alto a los trabajadores. Es una forma más de mostrarnos cercanos y abiertos con ellos, pero no podemos olvidar que parte del éxito del jefe depende del contacto son sus subordinados.
7. Capacidad de asumir cambios
Decíamos antes que los proyectos no son lineales, sino que sufren altibajos, y en esos momentos en los que se complican las cosas nos vemos obligados a tomar medidas con las que no contábamos. Un buen jefe nunca puede perder de vista la realidad, y debe estar abierto a introducir los cambios que hagan falta con tal de recuperar la senda del éxito. El inmovilismo, la obcecación y la resistencia al cambio son características de un mal jefe.