Dentro de un mundo en constante evolución como es el de la empresa, la aparición de trabajadores que se oponen a los cambios propuestos es habitual. Es lo que llamamos resistencia al cambio organizacional, ya que nuestros empleados se sienten cómodos en el status quo actual y no quieren abandonar su zona de confort. Sin embargo, los cambios están pensados para el progreso de la empresa, así que habrá que trabajar para hacer frente a ese temor a las novedades en busca de favorecer el mejor clima de trabajo en la compañía.
Causas de la resistencia a los cambios
Pero… ¿por qué aparece ese miedo a los cambios? Es la pregunta que se hacen muchos empresarios al plantear a sus empleados la posibilidad de introducir novedades, y la teoría de la resistencia al cambio de un proceso de tres fases que explica las razones del miedo. En primer lugar, vemos que los trabajadores desarrollan cierta preocupación e incertidumbre ante la posibilidad de que haya una serie de cambios en su rutina o en su modo de trabajar, circunstancias que pronto se sentirán en la productividad de la empresa.
A continuación, se pasa por el llamado valle del desespero, la etapa de resistencia total donde los protagonistas son el miedo al cambio, la irritación, el enfado y la frustración en el ámbito laboral. Y finalmente llegamos a la fase de integración, en la que poco a poco se aceptan los cambios con una mezcla de interés por las novedades y entusiasmo ante los nuevos retos. Así, en las dos primeras fases del proceso nos encontramos con ese miedo a lo nuevo, a salir de la zona de confort, que causa el miedo al cambio.
¿Cómo reducir la resistencia al cambio organizacional?
El punto clave del proceso lo encontramos en el pase de la segunda fase, la de resistencia, a la tercera, la de aceptación. Ahí se produce un cambio de chip en la mente del trabajador para superar el miedo al cambio organizacional, pero es innegable que desde la dirección de la empresa o del proyecto en el que se introducen los cambios podemos tomar partido de forma activa en el proceso para favorecer la superación de la resistencia al cambio y recuperar cuanto antes la productividad que se ha perdido debido a ese miedo a las novedades.
Sin lugar a dudas, la transparencia es una de las claves para hacer frente a la resistencia al cambio en la empresa. Si la dirección de la compañía ha decidido introducir una serie de cambios, todos los actores involucrados deben formar parte de la nueva estrategia así que desde el primer momento los trabajadores estarán informados de la situación del nuevo plan. El hecho de dar voz a los empleados en esta estrategia facilita no solo que lo acepte, sino que lo defienda ante los compañeros que se resisten al plan.
Además, el hecho de integrar a los trabajadores en la toma de decisiones nos permite facilitar las negociaciones con los propios empleados a la hora de introducir los cambios. Esto nos puede ayudar, por ejemplo, a hacer frente a los trabajadores con una gran influencia sobre el resto de la plantilla que se oponen al cambio y arrastran hacia la resistencia empresarial a sus compañeros. Una buena comunicación interna es indispensable para hacer frente a rumores y mentiras sobre el nuevo modelo, facilitando su implantación y la desaparición del miedo.
Finalmente, conviene destacar que los responsables de la empresa son los primeros que deberían asumir los cambios y predicar con el ejemplo, convirtiéndose en el modelo a seguir para el resto de los trabajadores de la compañía. Siempre es más fácil que se asuman los cambios y se supere el miedo al cambio si tenemos un referente claro que si los cambios empiezan por la basa de la empresa.
Ahora que ya sabes las claves para reducir la resistencia al cambio, descubre cómo hacer los cambios en tu empresa de la mejor forma posible para no tener miedo a las circunstancias que vengan en el futuro.