Todos hemos oído infinitas veces aquello de una imagen vale más que mil palabras. Un principio que podemos aplicar el método de gestión visual. Se trata de una de las muchas técnicas que forman parte del modelo lean, con el que las empresas buscan minimizar pérdidas a la vez que estimulan la creación de valor para el cliente. Se trata de un método que podemos aplicar en la empresa, pero también en cualquier ámbito de la vida. Las señales de tráfico, que según el color indican peligro, obligación o prohibición, son un claro ejemplo de gestión visual.
Cómo se implementa la gestión visual
Es importante recalcar que la gestión visual puede implantarse en cualquier ámbito de la empresa, en organizaciones de cualquier sector. Desde el proceso de soporte a la cadena de montaje, da igual si se trata de procesos macro o mini. La clave de la gestión visual está en homogeneizar las señales o avisos que se van a emplear. Por ejemplo, si el color rojo significa peligro en un ámbito, tendrá el mismo significado en todos. No puede significar peligro en un ámbito y urgencia en otro.
Más allá de homogeneizar las señales, es fundamental saber qué información hay que hacer llegar y dónde debe estar. Lo ideal es situarla en un punto lo más visible posible para que llegue a todo el mundo. Así, los trabajadores sabrán dónde están los recursos necesarios, dónde deben ir con más cuidado, qué itinerario seguir, cómo se están logrando los objetivos, etc. Entre la información que podemos utilizar están los consejos o advertencias de seguridad, indicaciones de resultados, objetivos, señales de ubicaciones...
Qué es un sistema de gestión visual
Los sistemas de gestión visual son una serie de herramientas basadas en gráficos, colores, esquemas y otros elementos similares que se aplican al mundo laboral. Gracias a estos sistemas, será más fácil entender el significado o el estado de la información que queremos transmitir. El objetivo final de este sistema es facilitar la comprensión y el trabajo de todos los integrantes de la cadena de trabajo, incluida una mejor toma de decisiones. Para simplificar la comunicación, buscamos separar aquello más importante de lo que no lo es.
Tipos de gestión visual
Podemos conseguir este enfoque visual de diferentes maneras. Lo más habitual es el uso de códigos de colores, dibujos significativos u otras técnicas de diseño que las personas puedan asimilar fácilmente. Es lo que pasa con las señales de tráfico antes mencionadas o las banderas en la playa. Una bandera roja implica prohibición del baño, la amarilla precaución y la verde que el mar está bien. Lo mismo podemos hacer en el trabajo. Como ves, los tipos de gestión visual se basan en el aspecto gráfico.
Ejemplos de gestión visual
Uno de los ejemplos de gestión visual más evidentes son las líneas y flechas en el suelo para delimitar por dónde circulan las personas y por dónde lo hacen las máquinas, además del sentido de la circulación. Otro buen ejemplo serían los indicadores de logros, donde la empresa muestra los hitos que se van alcanzando. De este modo, motivamos a nuestra plantilla a seguir trabajando duro para alcanzar el siguiente hito.
La llegada de un nuevo empleado a la cadena de montaje o línea de producción también se puede agilizar gracias a la gestión visual. Un gráfico claro con las instrucciones que debe seguir harán que la comunicación sea más fácil y su adaptación más efectiva. Así, se reduce el contraste entre los operarios con más experiencia que conocer a fondo sus tareas, responsabilidades o la forma en que se usa la maquinaria y el recién llegado que nunca la ha tratado.