La evolución de los mercados es impredecible, así que antes de hacer cualquier inversión deberías hacer un análisis de los escenarios financieros para conocer los posibles riesgos que hay. Esta es una máxima que podemos aplicar tanto a la economía doméstica como a la empresarial, ya que igual que completas en análisis antes de pedir un crédito o firmas una hipoteca también hay que hacer el análisis de escenarios en una empresa antes de realizar una inversión importante que nos puede dejar endeudados.
¿Cómo funciona el método de los escenarios?
En líneas generales, el método de los escenarios consiste en tratar de predecir las diferentes situaciones en las que nos podemos encontrar tras la inversión para anticiparnos y saber cómo hay que reaccionar en cada una de ellas. Este análisis de los posibles escenarios para tu proyecto te ayudará a afrontar problemas, y nos ofrecen un marco racional y repetible para la toma de decisiones empresariales. Hablamos de escenarios posibles, no probables, de modo que las decisiones que tomemos serán siempre acertadas por mucho que cambien las cosas.
Se trata de un análisis que se realiza en paralelo al estudio de viabilidad. Este plan es el que indica que el proyecto debería funcionar, pero a partir de los posibles riesgos a los que se enfrente el proyecto podemos diseñar los diferentes escenarios financieros, desde el más optimista a escenarios pesimistas, que son los que nos exigirán una mejor respuesta. Para elaborar el análisis de escenarios en una empresa solo necesitas completar cinco sencillos pasos.
Análisis de escenarios paso a paso
En primer lugar hay que definir el problema, es decir, decidir qué objetivo tenemos y marcarnos un horizonte temporal para conseguirlo. El segundo paso sería la recopilación de datos, para lo que se antoja imprescindible la identificación de factores, tendencias e incertidumbres que pueden afectar al plan de viabilidad del proyecto que hemos trazado. Si el plan es muy grande, se puede ejecutar un análisis PEST del contexto. Esta fase de recopilación de datos concluye con la identificación de los supuestos del plan.
Nuestro tercer paso consiste en la separación de las certezas de las incertidumbres. Nunca es fácil separar el trigo de la paja, pero aquí tendremos que aceptar las tendencias con un mayor respaldo y contraste como certezas. Son elementos muy probables. En cambio, las incertidumbres son aquellas tendencias que pueden ser importantes o no, ya que los factores subyacentes pueden cambiar de un momento a otro, pasando así de ser factores muy importantes a actores irrelevantes para nuestros intereses.
A partir de aquí podemos pasar al paso clave, el desarrollo de escenarios. Tomando como punto de partida una incertidumbre alta desarrollamos dos posibles situaciones: una que será moderadamente buena y otro que será moderadamente mala. Utilizando como guía las certezas para cada uno de los dos resultados, desarrollaremos el escenario optimista y el escenario pesimista, obteniendo así los diferentes escenarios. Hay que repetir el proceso con todas las incertidumbres que hay, de modo que conozcamos los diferentes escenarios hacia los que se puede dirigir nuestro proyecto.
Por último, hay que incluir los diferentes escenarios resultado de este análisis en el plan estratégico de la empresa. Para cada escenario, en especial cuando estos son negativos, hay que diseñar un plan o una serie de medidas de contingencia que nos eviten sufrir grandes pérdidas si se tuercen las cosas. En este sentido, siempre es importante que los directivos y líderes de la empresa participen en el diseño de los escenarios y los planes de contingencia, ya que esta es una labor cooperativa, que implica varios departamentos de la compañía, nunca puede ser algo individual.