¿Leasing o renting? Es una de las preguntas que se hacen los responsables de muchas empresas, ya que a pesar de las similitudes entre ambas opciones a la hora de adquirir vehículos de empresa o cualquier otro bien para nuestro negocio hay varias diferencias entre ambas opciones. A grandes rasgos, el leasing es un contrato de arrendamiento financiero con una opción de compra obligatoria mientras que el renting es un alquiler por un periodo que oscila entre 1 y 5 años, y que incluye el mantenimiento del bien alquilado.
Similitudes y diferencias entre leasing y renting
La principal similitud entre ambas opciones, que también es la principal causa de dudar entre leasing y renting, es la posibilidad de acceder a un bien necesario para nuestra empresa a un gran precio. Económicamente, la inversión en un bien a través de contratos de leasing o renting es mucho más factible que hacer el desembolso por los métodos convencionales. Otra de las semejanzas entre ambas opciones es que mientras dura el alquiler tenemos que pagar una cuota fija mes a mes, cuya cuantía estará fijada en el contrato.

Más allá de estas similitudes, encontramos otras diferencias que resultan determinantes a la hora de decidir qué opción nos conviene más. Sin lugar a dudas, la gran diferencia entre leasing y renting es que el leasing incluye una opción de compra al final del contrato de arrendamiento, mientras que en el caso del renting hablamos del alquiler de un bien mueble por un periodo no superior a cinco años. Por eso, cuando vence el plazo establecido en el contrato de renting hay que devolver ese bien. El contrato de leasing dura un mínimo de 2 años -bienes mobiliarios- o 10 años -inmobiliarios-.
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Otro aspecto a considerar es que el renting está limitado a los bienes muebles, mientras que el leasing también incluye los bienes inmuebles. Así, podemos adquirir por renting vehículos para la empresa o las herramientas y maquinaria necesarias para nuestro día a día, pero no locales, pisos, etc. Con el leasing sí que se puede acceder a ellos, pero con un condicionante: el leasing está dirigido exclusivamente a la empresa, y el renting está disponible para cualquier persona. Como empresario, puedes comprar un coche de empresa vía leasing, pero el renting puede ser para un particular.
Finalmente, hay que hablar del servicio de mantenimiento del bien adquirido por renting o por leasing. En el caso del renting, el arrendador es el que asume todos los gastos de mantenimiento de un bien que finalizado el préstamo volverá a sus manos, por lo que le interesa que funcione en las mejores condiciones. En cambio, si te decantas por el leasing tendrás que acudir a otra empresa para que se encargue del mantenimiento del bien, ya que el arrendatario no tiene ninguna obligación de hacerlo.
Diferencias entre leasing y renting en contabilidad
No podemos pasar por alto que una de las razones para apostar por el leasing o el renting son las ventajas fiscales o contables que presentan aunque también hay diferencias entre las dos opciones. En caso de decantarnos por el leasing, podemos deducirnos fiscalmente todas las cuotas satisfechas, y aquí entran las amortizaciones o los intereses pagados, entre otros aspectos. El leasing tiene más ventajas fiscales que el renting, pero al final tienes que pagar por ese bien alquilado.
En cambio, con el renting solo puedes deducirte los importes de las cuotas satisfechas por el arrendamiento de ese bien, lo que acaba disminuyendo el impuesto de sociedades. Eso sí, luego no te tienes que quedar con el bien. Como ves, cada opción tiene sus pros y sus contras, así que antes de tomar una decisión definitiva conviene analizar la situación y necesidades de nuestra empresa para tomar la decisión que mejor se ajuste a nuestras posibilidades, sin perjudicar el futuro de la compañía.