Reducir costes es uno de los objetivos de muchos emprendedores, en especial de esos pequeños y medianos empresarios que necesitan ahorrar gastos para que su empresa sea rentable. Y aquí es donde nos encontramos con las alianzas entre empresas, unas alianzas estratégicas que permiten a firmas de todo tipo crecer de la mano de otra compañía. No solo ahorrarás costes empresariales, también os podéis beneficiar mutuamente de en el acceso a la financiación o el uso de tecnologías compartidas, pero hay que saber cómo aliarse con otras empresas.
Tipos de alianzas entre empresas
Nos encontramos con siete posibles alianzas entre compañías, cada una con sus características. Es fácil que hayas oído hablar de las joint venture, que pueden ser contractuales o equity, aunque en los dos casos los asociados responden solidariamente. Cuando es contractual hay una comunidad de intereses, aunque no tienen naturaleza jurídica. En cambio, en una joint venture equity se crea una tercera sociedad participada por las dos firmas participantes en esta alianza estratégica.

También son conocidas las UTE, una Unión Temporal de Empresas donde varias empresas se unen para hacer frente a un proyecto, generalmente un gran concurso público. Otra posibilidad serían las alianzas permanentes, que pueden afectar a toda la cadena de valor o a parte de ella. Aunque todas las alianzas empresariales sean estratégicas, estas son aquellas en las que varias empresas del mismo sector se unen para afrontar un proyecto común, como es el caso de los clústers o de los grupos profesionales.
Una versión de la UTE son las alianzas estratégicas puntuales, donde dos o tres pymes tienen acuerdos en diferentes áreas. Cuando un cliente les pide un complemento de actividad se pone en marcha la alianza, y es una forma interesante de ahorrar. Lo mismo podemos decir de los consorcios, dos o más empresas que se unen para un proyecto, pero donde cada una de ellas conserva su naturaleza jurídica. Aquí todos los integrantes del consorcio responden solidariamente, mientas que en la UTE lo hacen según su aportación, por lo que el ahorro parece superior.
Por último tenemos que hablar del co-branding, la unión de dos marcas para lograr un beneficio ya sea creando un nuevo producto, como alojador de marcas, etc. Los banners y partners de Internet son un buen ejemplo de ello. Cada tipo de alianza estratégica entre empresas tiene sus pros y sus contras, pero aún así siempre es preferible dejar acordado por escrito las condiciones del pacto, el tipo de alianza escogido y las obligaciones de cada parte. Si no es así, corremos el riesgo de que aparezcan diferencias entre los socios.
Más ahorro, menor riesgos
Gracias a tus alianzas estratégicas no solo conseguirás ahorrar costes en tu empresa, también se reducen los riesgos fruto de la inversión en nuevos productos o de desarrollo, ya que lo harás de la mano de otra empresa. No existe el riesgo cero, pero si a la vez que ahorras minimizas los riesgos el éxito de tu empresa -y de tu alianza empresarial- será mayor. Además, podrás acceder a nuevos mercados a los que antes no tenías acceso, aprovechando siempre la tecnología y el saber hacer de tus socios.
En este sentido, hay que destacar las alianzas estratégicas de las grandes empresas con las pymes locales para entrar en un mercado. No son pocas las grandes multinacionales que a la hora de entrar en un nuevo mercado apuestan por asociarse con pequeñas empresas locales que tienen un buen conocimiento de ese mercado y de su funcionamiento, además de la idiosincrasia local, y ese puede ser un tipo de alianza que puede acabar resultando muy interesante para tu empresa.