La metodología Scrum no deja de ganar adeptos a la hora de desarrollar productos y servicios digitales. Su éxito está más que probado, y permite contar con equipos multidisciplinares que colaboran en la construcción del producto. La inmediatez es una de sus claves, y en este contexto hay que hablar de los sprints ágiles. Sin ellos, Scrum no sería lo mismo. Eso sí, hay que planificar los sprints con el máximo cuidado para asegurarnos el éxito. Los sprints ágiles determinan un evento scrum que define qué se puede terminar en el próximo sprint y los recursos y tiempos para conseguir ese trabajo.
Qué es la planificación de sprints
La planificación de sprints no deja de ser el punto de partida del sprint y forma parte de las metodologías de gestión de proyectos. Es el momento de definir lo que se puede entregar en el sprint, y cómo se conseguirá. Para ello, es fundamental contar con todo el equipo de scrum.
Durante la planificación del sprint se decide cuánto durará, su objetivo y por dónde empezaremos a trabajar. Si está bien hecho, el éxito está prácticamente asegurado. Pero si fallamos en este punto, por ejemplo con una expectativas no realistas, estaremos a un solo paso del fracaso.
Características de la planificación de sprints
La planificación de sprints responde al qué, cómo, quién y con qué. Tras presentar el objetivo, el equipo scrum decidirá qué se puede hacer en el próximo sprint, y cómo lo vamos a hacer. También se definirá quién se encargará de ello, y los recursos que se emplearán para conseguir el objetivo.
A lo largo de la planificación es imprescindible contar con la presencia del propietario del producto o servicio, pues debe definir su objetivo según el valor buscado. Por su parte, el equipo de desarrollo le explicará si puede (y cómo) alcanzarlo.
Cómo organizar un sprint de un proyecto
A continuación te presentamos las 5 claves para organizar un sprint planning. Ten en cuenta que una vez finalice la reunión, todo el mundo debería tener claro qué pasará mientras dure el sprint y cómo se va a conseguir ese objetivo.
- Trabajo previo de los detalles: es importante que el dueño del producto nos haya explicado antes de la reunión las funcionalidades a desarrollar (backlog). Si no es así, habrá que hacerlo in situ. Así, es más fácil resolver posibles dudas y nos aseguramos de que todos los equipos y personas involucrados en el proyecto cuentan con la información necesaria para afrontar el sprint.
- Hitos intermedios de desarrollo: aunque el sprint dure una semana y nos pueda parecer poco tiempo para ello, deberíamos establecer una serie de hitos intermedios de desarrollo. Así, nos aseguramos de que el proyecto avanza como debería. Esto también nos permitirá cumplir con el siguiente punto.
- Hitos intermedios de testing: del mismo modo que estableceremos hitos de desarrollo, también los marcaremos para probar los desarrollos que se van completando. Deben ser hitos pactados y verificados por el equipo de desarrollo y el tester, lo que facilita la combinación de trabajo entre ambos. Si no es así, el trabajo de testing se limitará a finales del sprint y no se podrán introducir los cambios adecuados.
- Dependencias de terceros: en la planificación del sprint no podemos pasar por alto los obstáculos o procesos que escapan de nuestras manos, que están en manos de terceras personas. Es algo que puede suceder, y si detectamos estos puntos con antelación podremos tratar de resolverlos antes de iniciar el sprint. Estas interferencias son las que luego podrían retrasarnos.
- Conseguir un compromiso global: ya hemos dicho que los sprints son el resultado del trabajo de equipos multidisciplinares. Todo el mundo debe estar comprometido, por eso es importante dejar constancia por escrito de los hitos y objetivos que se pretende alcanzar, fechas de entrega, las funciones y responsabilidades de todos, etc. Al final de la planificación del sprint, hay que dejar unos minutos para que cada uno lo repase y resolver dudas de última hora.