La elección de los fabricantes y colaboradores con los que emprendemos nuestra aventura empresarial tiene consecuencias que van más allá del abaratamiento o encarecimiento de costes. Es una decisión más trascendental de lo que parece. Actualmente, con la potente irrupción en el mercado de países emergentes y sus favorables condiciones económicas, se está extendiendo la costumbre de contratar con ellos. Antes de firmar uno de estos acuerdos, ten presente estas cosas que debes saber si vas a utilizar proveedores chinos en tu negocio.
¿En qué repercute a tu empresa si contratas con proveedores chinos? El impacto es directo en algo clave para cualquier negocio: la calidad final del producto o servicio. Y, como consecuencia, se verán afectadas tanto tu reputación como la propia viabilidad de la empresa. Con ello no queremos significar que cualquier proveedor chino es sinónimo de peor calidad, pero sí es un dato objetivo que los que ofrecen tiene unas características diferentes.
Lo importante es que seas consciente y tengas en cuenta sus singularidades para compensar las posibles deficiencias que este tipo de proveedores pueden causarte. Aunque, como vamos a ver… ¡hay soluciones para todo!
Claves para trabajar con proveedores chinos
No se trata de aconsejarte de forma rotunda sobre si es recomendable o no trabajar con proveedores chinos, porque ya hemos visto que depende de las circunstancias particulares de tu empresa y del colaborador que elijas. Nuestro objetivo es que optimices esas relaciones en caso de establecerlas.
Es esencial que conozcas los puntos débiles de estos vínculos comerciales para que tomes las medidas que te permitan subsanarlos. Estos son los principales aspectos que hay que cuidar según los expertos en el tema:
- La barrera del idioma. Siendo realistas, ¿quién habla chino o tiene una persona de confianza que lo hable? Eso, sin tener en cuenta que existen infinidad de variantes del chino y que entre los propios chinos es a veces complicado entenderse si se usan dialectos distintos. Es verdad que tenemos el inglés para relacionarnos en el mundo empresarial, pero se genera un distanciamiento en las relaciones. Además, en caso de problemas o incumplimiento, no es raro que se agarren al tema del idioma para eludir responsabilidades.
- Una cultura oral, más que escrita. Los occidentales estamos acostumbrados a dejar todo por escrito como una garantía indiscutible de mayor claridad en los términos de los acuerdos y para futuras reclamaciones. Los chinos están acostumbrados a tomar más en serio lo que se les dice de viva voz. Es más, es muy frecuente que no sean regulares leyendo los emails o que si no entienden algo, simplemente lo ignoren.
- Todo lo que no esté detallado les llevará a interpretaciones a su favor. Aunque haya cuestiones que te parezcan evidentes o que se sobreentienden, no te conviene que sea tu proveedor chino quien lo deduzca. Va a tomar la decisión más fácil para él en caso de dudas y, lo que es más importante, sin consultarte.
- Nunca dan un no por respuesta. Es casi imposible que respondan con una clara negativa a cualquier cosa que les propongas. Sin embargo, te inundarán de justificaciones o harán hincapié en las dificultades. Por eso, debes mantenerte alerta y vigilante.
- Están acostumbrados a ser negociadores persistentes y difíciles. Eso debes interpretarlo como lo normal y, por contra, no fiarte si el proveedor chino con el que contactas no te discute nada, ni batalla por las condiciones… es casi seguro que no tiene interés y que acabarás sufriendo las consecuencias. Conoce cómo negociar con proveedores para obtener las mejores condiciones.
El último de los consejos que debes seguir si vas a utilizar proveedores chinos en tu negocio tiene que ver con el precio. Como norma, huye de los que te ofrezcan precios mucho más bajos. Es un mercado bastante equilibrado, con variaciones razonables.