Seguramente hayas oído hablar alguna vez del renting. Consiste en el alquiler de un bien mueble por parte de un particular o una empresa, que durante el periodo establecido en el contrato disfruta de un bien. En el caso de la empresa, es una forma más asequible de acceder a ciertos bienes que la compra en propiedad, lo que lleva a muchos empresarios a utilizarla de forma más o menos regular. Eso sí, si no valoramos bien los pros y contras del renting nos podemos llevar una sorpresa no muy agradable en el futuro.
¿Qué bienes puedo adquirir vía renting?
Pero antes de analizar los pros y contras del renting hay que conocer a fondo los diferentes bienes a los que podemos acceder a través de esta forma de financiación de empresas. Como hemos dicho antes, el renting está abierto a bienes muebles, lo que incluye vehículos, bienes tecnológicos (ordenadores, centralitas, routers, etc.), maquinaria industrial y bienes productivos de la industria o equipamiento para tu negocio (desde los manteles de un restaurante a las toallas de un hotel, las máquinas de vending del gimnasio o el mobiliario de la oficina). El contrato de alquiler siempre va de los 12 meses a los 5 años.
Beneficios del renting
De todas las ventajas que presenta el renting, la más destacada es que nos permite utilizar un bien sin endeudarnos ni hacer un gran desembolso. Lo único que tenemos que hacer es pagar las cuotas mensuales establecidas en el contrato de arrendamiento, como si se tratase de la compra de un piso. Es posible que a la hora de formalizar la operación la empresa tenga que depositar una fianza. Aún así, la inversión necesaria para adquirir un bien vía renting siempre será inferior a la que haremos para adquirirlo en propiedad.
También facilita la gestión administrativa, ya que en una sola factura podemos integrar el alquiler del bien y los servicios complementarios que requiere. Hay que tener en cuenta que una de las grandes ventajas del renting es la inclusión del servicio de mantenimiento ofertado por el propietario del bien, y eso es algo que también nos ahorramos. Además, conceptos como el mantenimiento, las reparaciones o el seguro tienen un coste fijo, y no variable como es habitual, siempre dentro de la misma factura mensual.
Otro punto a favor es que es fácil de contabilizar dentro de cada ejercicio: es un gasto más, y como tal debe figurar a la hora de presentar nuestras declaraciones, impuestos, etc. Por último, hay que tener en cuenta que la renovación de un bien en un plazo máximo de 5 años acaba con el riesgo de quedar obsoletos: siempre tendremos bienes de última generación, el equipamiento más modernos del momento sin la necesidad de hacer un gran desembolso periódicamente. Y este es todo un plus para la empresa.
Problemas del renting
Pero la vida no es de color de rosa, y el renting también presenta algunas desventajas que tenemos que valorar antes de tomar la decisión definitiva. La primera es que la rescisión anticipada implica una penalización muy alta. Hay bienes como los vehículos en los que es muy elevada, pero antes de firmar el contrato de renting hay que tener claro que el contrato está para cumplirlo. Siendo un alquiler, hay que tener en cuenta que no podemos quedarnos ese bien en propiedad: habrá que devolverlo.
Una estrategia bastante habitual en los arrendadores es que el contrato de renting suele incluir una serie de cláusulas de penalización por un uso excesivo del bien. Por ejemplo, si has adquirido un coche para la empresa no debería superar X kilómetros en el tiempo que dura el alquiler; si se trata de una máquina, no debe pasar de X tiempo de uso. Se trata de cláusulas con las que el arrendador se asegura que el bien le volverá en buen estado, pero que para ti pueden suponer un gasto extra que no entraba en tus planes.