Dentro de los tipos de empresa encontramos la sociedad civil, una modalidad mercantil muy utilizada por las pequeñas empresas, compuestas por la agrupación de varios autónomos o profesionales que comparten en común un sector de trabajo.
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¿Qué es una Sociedad Civil?
Desde hace años, la sociedad civil ha sido la fórmula preferida para los despachos legales, los grupos de arquitectos, constructores, informáticos, etc. ¿Por qué? Por su sencillez a la hora de constituirla y la rapidez en los trámites.
En la sociedad civil distinguimos entre socios capitalistas y socios trabajadores.
El primer grupo hace referencia a aquellas personas que confían en el objetivo común de la empresa, y deciden apostar por invertir una pequeña suma de dinero en ella. Este grupo no desarrolla una actividad profesional en el negocio, y puede estar trabajando por cuenta ajena en otra empresa externa.
Por el contrario, en el caso de los socios trabajadores éstos contribuyen a la empresa con la mano de obra y su actividad profesional. Dentro de este grupo, encontramos los profesionales autónomos y los contratados por parte de la empresa.
Características Sociedad Civil
En relación a las características de la Sociedad Civil, no podemos dejar de lado la última reforma fiscal de 2014, para la que los profesionales que conformaban la empresa debían comenzar a tributar por el Impuesto de Sociedades en relación a sus rentas, en lugar de tributar por IRPF como ocurría hasta entonces.
Este cambio supuso aumentar en complejidad el sistema de tributación de la Sociedad Civil, hasta el punto de equipararla con cualquier otra fórmula mercantil como sucede con la Sociedad Limitada. Con ello, el gasto de asesoría, contabilidad y mantenimiento era bastante más considerable que antes de la reforma.
Para constituir una Sociedad Civil es necesario que exista un contrato privado entre dos o más socios, en el que se establezca el papel que cada uno de ellos va a desarrollar en la empresa. Así, se detallará la cuota de participación individual, el carácter capitalista o profesional de cada uno de los miembros, el tipo de actividad que se va a desarrollar, además de las causas de extinción y liquidación. Todo esto quedará reflejado en el acta constitutiva de la sociedad civil que deberán firmar todos los socios.
Otro elemento clave de la Sociedad Civil es la responsabilidad ilimitada al patrimonio personal de cada uno de los miembros, frente a terceros. Esto quiere decir que de las deudas contraídas por el desarrollo de la actividad deberán responder de forma mancomunada los integrantes de la sociedad. El tema de la responsabilidad ilimitada es una de las principales diferencias de esta modalidad empresarial con respecto a la Sociedad Limitada o la Sociedad Anónima.
También hay que tener en cuenta que aunque de forma previa a la reforma de 2014, la Sociedad Civil carecía de identidad jurídica propia, la realidad es que actualmente cualquier empresa formada por este método posee NIF y denominación social.
Esto permite que en aquellos sectores en los que disponer de un nombre de empresa atractivo es importante, los profesionales independientes puedan unirse bajo una agrupación común y escoger la denominación social que los identificará en su actividad comercial.
En el caso de la disolución de una Sociedad Civil, los trámites son mucho más sencillos frente a lo que sucede en otras fórmulas mercantiles. Al tratarse de un contrato privado no es necesaria la figura de un notario para acreditar el cese, sino que puede realizarse de forma consensuada entre los distintos socios.
Una vez acordado el pacto de disolución se procederá a liquidar las posibles deudas contraídas durante el ejercicio de la actividad, y al reparto de los beneficios de forma correcta de acuerdo a los porcentajes de participación de cada socio.
Ventajas e inconvenientes de la Sociedad Civil
Las Sociedades Civiles poseen diversos pros y contras para las personas y socios que las constituyen.
Ventajas de la Sociedad Civil
Por un lado, existen una serie de beneficios para la constitución de este tipo de sociedad.
- Es más barata y sencilla de constituir que una sociedad mercantil
- No es necesario escritura pública ni inscripción en el Registro Mercantil (solo en casa de aportaciones de inmuebles)
- No existe capital mínimo para su creación
- Gestión sencilla de la contabilidad y los impuestos
- Puedes cotizar en el Régimen de Autónomos, disfrutar de la tarifa plana en los inicios y capitalizar el desempleo
Desventajas de la Sociedad Civil
Por otro lado, también encontramos algunos inconvenientes a la hora de elegir una Sociedad Civil para nuestro negocio.
- Responsabilidad ilimitada de los socios
- No ofrece una imagen de solidez empresarial como sí que lo hace una Sociedad Limitada
- Si se poseen grandes beneficios los impuestos serán más altos que en una sociedad mercantil
Conoce las claves para elegir la forma jurídica que mejor te convenga para tu negocio.