Son muchas las formas que tenemos a disposición para evaluar la salud de nuestra empresa. Entre ellas, un elemento que no podemos dejar pasar por alto es el fondo de maniobra. Éste también puede recibir el nombre de Activo Circulante (working capital en inglés).
Con él, como empresario, serás capaz de detectar cuánto activo corriente le queda disponible a tu negocio. ¿Para qué? Para saber si serás capaz de hacer frente a los posibles compromisos de pago que tengas más a corto plazo. Así de sencillo.
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Definicion de fondo de maniobra
El fondo de maniobra se trata de aquella parte del activo corriente que es financiada con recursos a largo plazo (es decir, pasivo no corriente). Aquella parte del activo con la que podremos hacer frene a las deudas más inmediatas.
Para poder afirmar que nuestra empresa tiene una estructura óptima del balance, el fondo de maniobra deberá ser positivo.
Dicho fondo de maniobra tiene dos formas de calcularse:
- Calculando la diferencia entre Activo Corriente y Pasivo Corriente. El Activo corriente deberá ser superior al pasivo corriente, para que así el resultado sea positivo.
- Se suman el Patrimonio Neto y el Pasivo No Corriente. Y al resultado que nos dé, se le resta el Pasivo Corriente. Obviamente, la suma del patrimonio y el pasivo no corriente deberá ser superior al pasivo corriente. Así el fondo de maniobra será positivo.
Analizando estos cálculos, vemos que cuanto menor sea el pasivo corriente, mejor para nuestra empresa. Ello querrá decir que las obligaciones de pago a corto plazo son reducidas.
El fondo de maniobra es el margen de recursos con el que una empresa cuenta para hacer frente a sus deudas a corto plazo.
Pero, ¿qué pasa en caso de que el Pasivo Corriente supere al Activo corriente? Significaría que tus deudas a corto plazo superan los recursos de los que dispones para hacer frente a las mismas. Y esto es algo realmente peligroso. Una situación nada saludable para tu negocio.
También puede darse el caso en que el Activo Corriente y el Pasivo Corriente sean iguales. En este caso, la liquidez está garantizada, porque podrás hacer frente a las deudas a corto plazo. Sin embargo, es una situación algo arriesgada, en tanto que a nada que un deudor se retrase en el pago de su deuda a tu favor, ya no contarías con el dinero suficiente para saldar tus propias deudas. Lo que se traduciría en falta de liquidez por tu parte.
Componentes del activo corriente
Está claro que el activo corriente, es el activo del que dispones de manera más inmediata para hacer frente a pagos y deudas. Sin embargo, ¿qué elementos lo conforman? Los detallamos a continuación:
- Existencias. Activos para ser vendidos durante el desarrollo normal de la actividad de explotación del negocio. Están conformadas por materias primas, mercaderías, aprovisionamientos, productos en curso, etc.
- Realizable. Deuda a nuestro favor que está pendiente de pago. En el activo realizable figuran todos nuestros deudores a corto plazo.
- Disponible. Activos más líquidos, de los que puedes disponer de manera inmediata e incluye a la tesorería. Ésta se conforma de caja, dinero en banco o instrumentos financieros varios, entre otros.
Para que el fondo de maniobra sea óptimo, por tanto, no sólo bastará que tenga resultado positivo. Sería interesante que la suma del activo disponible y realizable fuera más o menos equivalente al valor del pasivo corriente. De esta manera, la empresa se asegura el pago de las deudas pendientes a corto plazo. Conocer tu fondo de maniobra te permite, de manera rápida, detectar el grado de solvencia de tu compañía.
No obstante, no se trata tampoco de acumular el máximo posible en calidad de fondo de maniobra. Con ello, perderías posiblemente grandes oportunidades de inversión y negocio.