Por definición el emprendedor se propone alcanzar ciertas metas y objetivos que orientan y comandan todo el proceso productivo del cual es el líder. Si estos panoramas futuros (visión y misión) a los que se aspira llegar no están bien planteados, entonces es como querer construir un edificio sobre columnas de barro.
Para no fracasar los objetivos deben cumplir ciertos requisitos:
Adecuados: que expresen lo que realmente quiere conseguir,sin autoengaños ni yendo por la tangente.
Realistas: Sobre cifras reales producto de un análisis externo e interno . Se debe ser coherente con lo que ha descubierto en el análisis previo de la realidad.
Oportunos: hay que tener claro cuando se pretenden conseguir dichos objetivos, tanto los finales, como los intermedios: qué hay que saber, en qué tiempo queremos conseguir el objetivo, por qué si no ponemos la dimensión temporal es como el juego del camello y la zanahoria.
Medibles: hay que establecer cifras concretas que luego se pueda contrastar con la realidad y modificar si es necesario, porque si no nunca sabremos si llegamos o si nos pasamos.
Alcanzables: esto tiene que ver con que sean realistas. Hay que apuntar alto, porque se deben tener aspiraciones y luchar por ellas, pero no ponga cifras de sueños imposibles en un tiempo igualmente imposible.