La obligación básica de un tesorero es que a su empresa lo le falte dinero en ningún momento, pero dinero en “cash”, no en el papel. Este objetivo es imposible conseguirlo sin una planificación adecuada, que se plasma en lo que se conoce como el plan de tesorería. Su importancia es tal, que conviene que profundicemos en el concepto y, sobre todo, en cómo asegurarnos de que el nuestro va a ser eficaz.
Es evidente que, esta organización implica que se anticipen todos los posibles pagos que se tendrán que afrontar, con minuciosidad en cuanto a las fechas. Pero no sólo, porque esa vista a medio y largo plazo debe cubrir también imprevistos. De ahí que un buen plan de tesorería deba reflejar el presente y el futuro con la misma diligencia. Dotar a nuestro plan de tesorería de una conexión entre contabilidad y presupuesto de flujo se hace más que esencial.
Imagen: Onchira Wongsiri || Shutterstock
¿Qué es un plan de tesorería?
Básicamente, un plan de tesorería es un documento que refleja las salidas y entradas de dinero en una empresa, teniendo en cuenta las operaciones que se van a producir en un plazo de tiempo determinado. Tan importante como saber las cantidades que vamos a pagar o cobrar es sincronizar a la perfección los plazos, de forma que el flujo de caja sea constante o, como poco, mantenga un nivel suficiente para afrontar cada momento. Para conseguirlo fácilmente, incorpora el control de gastos y cobros, así en el plan van siempre de la mano la tesorería real y la prevista.
Ten en cuenta que tiene que plasmar un modelo que mantenga siempre la coherencia. Esto significa que se modificará cada vez que pierda su coherencia, realizando los ajustes que sean necesarios. El abc de un tesorero es que los números le cuadren, sin cometer ninguna barbaridad. ¿Parece sencillo? Bueno, como siempre que hablamos de un proyecto empresarial debe primar el sentido común, sin perder de vista que no hay empresa que funcione sin ganar dinero.
¿Cómo hacer un plan de tesorería?
Un concepto íntimamente ligado al de plan de tesorería es el de liquidez. Ambos deben ir de la mano, perfectamente acompasados. Y la liquidez debe contar con herramientas en las que sustentarse, entre las que no se puede olvidar la financiación de la empresa. Todos estos elementos deben ser tenidos en cuenta a la hora de hacer un plan de tesorería.
En el caso de que sea tu primer año de funcionamiento, el plan de tesorería debe mostrar anotaciones mensuales de la actividad económica de tu empresa, o como mínimo trimestrales. En los posteriores, lo habitual es hacer planificaciones anuales. Esto en lo que se refiere al cómo manejar los tiempos. Lo que respecta a la estructuración de un plan de tesorería es más complejo. En lo que hay unanimidad es en que debe reflejar las siguientes partidas:
Cobros y pagos de explotación
En un lado de la balanza los que vamos a recibir de pago de clientes, teniendo las fechas de vencimiento. En el otro, pagos por compras, suministros y servicios generales, nóminas y seguros sociales e impuestos.
Cobros y pagos de inversión
Como cobros de este apartado, se anotarán los de ventas por activos no corrientes, inmovilizado intangible o material e inversiones financieras. Como pagos están las adquisiciones de activos fijos
Cobros y pagos de financiación
Se debe anotar el cobro cuando se nos concede cualquier instrumento financiero tipo crédito. Enfrentados en la balanza con las devoluciones y pagos de créditos y préstamos, con la perspectiva de la cantidad global que se desembolsa, diferenciando entre principal e intereses.
Con un plan de tesorería bien enfocado y los controles adecuados, ¡el éxito de tu empresa está más cerca!