A menudo no nos damos cuenta, pero la mayoría de empresas desperdician una enorme cantidad de tiempo y recursos por culpa de una mala organización. Se trata de un problema difícil de percibir en el corto plazo, pero que se nota a largo plazo. Por suerte, contamos con diferentes recursos que nos ayudan a minimizar estas pérdidas. Uno de ellos es el conocido método justo a tiempo, al que nos podemos referir también como Just in TIME o JIT. Una metodología surgida en las factorías de Toyota en Japón y que se aplica en organización de la producción y en logística.

¿Cuál es el significado de JIT?
Las siglas JIT hacen referencia a Just in time, justo a tiempo en inglés. El objetivo es lograr que cada fase de la cadena de suministro pueda solicitar a la anterior la cantidad requerida para seguir funcionando. Hasta que apareció esta metodología, podríamos decir que cada fase actuaba de forma independiente. Así, en la fase A se producía una cantidad X. Por ejemplo, 100. En cambio, para la fase B solo se necesitaban 70. Así, 30 quedaban almacenados. Una acumulación de inventario que puede acabar en deterioro del producto, con las pérdidas que ello implica.
Cómo funciona el sistema justo a tiempo
Para aplicar el sistema Just in Time, es fundamental una gestión adecuada del inventario. La clave de esta metodología está en mantener el mínimo nivel de inventario posible para evitar que este se acumule en el almacén. Así, los suministradores entregarán lo justo en el momento adecuado del proceso productivo. Hay que tener en cuenta que el inventario no aporta ningún valor añadido al resultado final, e implica unos costes elevados.
El hecho de no acumular unidades nos garantiza cumplir con los estándares de calidad que exigen nuestros clientes, minimizando los desperfectos o el volumen de unidades defectuosas. También evitamos que el inventario o los suministros queden obsoletos. Y no solo eso, pues también permite ofrecer una respuesta rápida ante los cambios en la demanda. Podemos atender a tiempo las necesidades de los trabajadores.
Ejemplos de aplicación de Just in Time
Como hemos dicho anteriormente, el origen de este sistema está en Toyota. El sistema no tardó en extenderse a otros fabricantes asiáticos, y de ahí dio el salto a Occidente. Lo más curioso es que estos veían que el método funcionaba y empezaron a reducir el inventario. Pero lo hacían sin entender por completo el concepto, lo que los llevó al fracaso. Estos son algunos ejemplos reales del método Just in Time:
- Dell: en vez de acumular la materia prima en el almacén, lo que hacen Dell y otras empresas del mundo de la informática es solicitar materia prima de forma constante para la fabricación de sus componentes. De este modo, evitan un elevado stock. Además, los proveedores llevan el inventario.
- Apple: el gigante tecnológico cuenta con un almacén central en EEUU y unos 150 proveedores globales con los que mantiene sólidas relaciones estratégicas. La subcontratación le permite almacenar la mayoría del inventario en tiendas minoristas, reduciendo así el exceso de existencias.
- McDonald’s: cualquier restaurante de comida rápida funciona igual. Los ingredientes están a mano, perfectamente cortados, pero el bocadillo no se empieza a montar hasta que se hace el pedido. Otro ejemplo similar son los kebabs, donde calientan el pan y la carne cuando lo pedimos, o las pizzerías, donde la pizza no entra al horno hasta que el cliente pide los ingredientes.
- Boeing: el gigante de la aviación americano aplicó el método Just in Time a mediados de los ’90 para reducir costes y eliminar redundancias, además de trabajar más cerca de sus proveedores. El resultado, una clara mejora en la calidad al final del proceso.