Imaginamos que como emprendedor nunca estás satisfecho con el nivel de mejora de tu empresa, siempre te planteas ir un paso más allá. No nos referimos tanto a tus beneficios económicos, como a la calidad de lo que le ofreces a tus clientes. ¿Has oído hablar del Círculo de Deming? Puede que te proporcione algunas importantes claves para alcanzar ese objetivo.
Lo más curioso es que E. Deming, creador de esta metodología, no triunfó en su país EE.UU. Fue en el Japón de la década de los 50, necesitado de reconstruir su devastada economía tras la hecatombe de las II Guerra Mundial, donde su proceso de mejora continua se convirtió en el trampolín para el despegue de la productividad de sus industrias.
Fases del Círculo de Deming
Porque, eso es lo que propone la Teoría del Círculo de Deming o el círculo PDCA, como también se le conoce. Su punto fuerte es la autoevaluación continua, que permite descubrir los puntos fuertes que se deben mantener y los aspectos en los que se necesita mejorar. Es una sistemática cíclica que se compone de cuatro fases:
- Planificar. Lo primero es identificar qué se quiere cambiar, dónde hay que mejorar y cuál es es objetivo a alcanzar. Entonces, se establece una estrategia que debe incluir los recursos, medios y responsabilidades que se necesitan. También hay que establecer unos indicadores que permitan comprobar la efectividad de esos cambios.
- Hacer. Etapa en la que se ejecuta el plan anterior. Es interesante hacer una implantación restringida a un área piloto, antes de aplicarlo a gran escala.
- Comprobar. El momento de verificar con datos si se ha actuado de acuerdo al plan y si ha tenido los resultados esperados. Si establecimos unos indicadores correctos, esta fase será realmente sencilla.
- Actuar. Recopilamos toda la información disponible para confirmar que se ha producido la mejora buscada. Si se consigue, toca incorporarla a la rutina de nuestra actividad o extenderla, en caso de haber hecho una prueba piloto. Si no se ha conseguido, se procede a detectar los fallos y se generan nuevas acciones para atacarlos.
Pero, este procedimiento se llama Proceso de Gestión y Mejora Continua porque no tiene fin, sino que se integra dentro del funcionamiento rutinario de la empresa, realizándose de forma regular.
¿Qué beneficios tiene para las empresas?
El Círculo de Deming o PDCA (Plan, Do, Check & Act), según las siglas en inglés, es la metodología que cuenta con mayor implantación en empresas y organizaciones de todo el mundo. Ha demostrado ser la mejor solución para rentabilizar todo el potencial de una empresa y convertir ideas en realidades. Es una herramienta muy visual, nos permite comprobar de forma contundente la efectividad de nuestras ideas. Entre otras ventajas no menos interesantes para tu negocio como:
- Implicación de todo el mundo. Es un proceso tan generalizado que genera un sentimiento de implicación entre todos los miembros de la organización, algo que siempre es positivo.
- Su aplicación es ilimitada. Su estructuración en pasos tan bien delimitados hace que se pueda ajustar a todo tipo de situaciones u objetivos.
- Su eficacia se extiende a mejoras no sólo en la productividad empresarial, sino que sirve para resolver otros problemas menos tangibles como el liderazgo.
- Se minimizan los riesgos y los costes. El hecho de que se prueben los cambios de una forma acotada en el tiempo y en un área, hace que la inversión que se necesita sea menor, a la vez que se controla que los posibles fallos no afecten al global de la actividad empresarial.
Efectivamente, al hablar sobre lo que es el Círculo de Deming y por qué es especialmente recomendables para una PYME, una de las claves es su capacidad de concentrar esfuerzos y mostrar resultados acortando los plazos.