Dos de los conceptos que están en la mente de cualquier empresario son avanzar y mejorar, ambos íntimamente ligados a aumentar la presencia y los beneficios de su negocio. Ningún emprendedor puede caminar solo, por muy buena que sea su iniciativa, porque siempre habrá vacío en su conocimiento de determinadas áreas. Por ello debes saber en qué puede ayudarte una consultoría empresarial, en el desarrollo de tu negocio.
Es importante que nos ubiquemos en el momento actual. Una de las características de los tiempos que vivimos es que los cambios se producen a un ritmo vertiginoso y constante. Un empresario del siglo pasado podía permitirse el lujo de tomarse unos años para ampliar su formación en determinados temas o poder sacar partido de su experiencia. Hoy eso es poco efectivo. Por ello, las asesoría para empresas y la consultoría
Esa inversión es más productiva si se dirige a la contratación de un especialista cualificado que nos proporcione una visión objetiva y global de nuestra actividad empresarial, mientras nos propone las soluciones concretas que nos conviene poner en marcha. Esa consultoría empresarial que tanto nos puede ayudar, como detallamos a continuación.
¿Qué servicios ofrecen la consultoría empresarial?
En alguna ocasión hemos hablado sobre la tendencia a la especialización en la que vivimos inmersos. Por ampliar la visión, en esta ocasión apostamos por un enfoque de conjunto, que es lo que hacen los consultores empresariales. Así, los servicios que ofrecen estos profesionales son:
- Una inmersión inicial en nuestra empresa, para empaparse de su funcionamiento y conocerla a fondo en todos sus departamentos: personal, administración, finanzas, producción, ventas…
- La identificación de las lagunas o carencias que se dan en cualquiera de sus actividades y que están ralentizando o impidiendo nuestro progreso empresarial.
- Un esquema de prioridades. Porque no basta con señalar los posibles fallos que se dan en nuestro negocio, hay que determinar la influencia y el peso que cada uno tienen en el conjunto de la actividad, un dato esencial para la planificación de los cambios que tendremos que acometer.
- La presentación de una propuesta de mejora. Es indudable que este es el punto clave de la actividad de una consultoría empresarial, pero a la que no se puede llegar sin haber abordado las anteriores.
- El apoyo y supervisión de todo el proceso de implantación de estos cambios en la empresa. No pienses que la consultoría te hace firmar el documento de conclusiones, cobra la factura por sus servicios y se va a otra parte. Son ellos quienes se ocuparán de llevar a la práctica las ideas y mejoras que te han recomendado.
- La elaboración de un informe con el impacto real que esas modificaciones han tenido en nuestra empresa. Se trata de demostrar objetivamente que su labor de análisis y solución de problemas ha conseguido alcanzar la finalidad para la que les contratamos, que no es otra que mejorar nuestra empresa.
- Un servicio de control con la periodicidad que decidamos. Hay empresarios que finalizan la relación con la asesoría empresarial una vez que han comprobado que las acciones llevadas a cabo han tenido los resultados esperados. Pero, lo más recomendable es pactar una revisión cada cierto tiempo para que se detecten futuros fallos en sus inicios y se adopten las medidas que correspondan antes de que vayan a más.
En conclusión, los servicios de una consultoría empresarial son una herramienta única para que nuestra empresa se desarrolle en las condiciones más competitivas y eficientes, adaptándose a las distintas influencias o condiciones que vaya marcando el mercado. Y, teniendo el factor “inmediatez” como una de sus prioridades, porque llegar tarde es sinónimo de no llegar en la actualidad.
Si aún te preguntas en qué puede ayudarnos una consultoría empresarial debes saber que ofrece una mirada objetiva y especializada que no deje que tu empresa pierda el norte.