El contrato mercantil: cómo contratar a un autónomo

Patricia Nuño
Muchas dudas giran alrededor de la definición del contrato mercantil, cayendo muchas veces en confusión con el contrato laboral. El contrato mercantil es un tipo de contrato ideado para los autónomos, puesto que es un contrato donde el trabajador es independiente y actúa por cuenta propia.

¿En qué consiste el contrato mercantil?

Como ya hemos comentado, en el contrato mercantil el trabajador trabaja por cuenta propia y de manera independiente.

El contrato mercantil se celebra entre la empresa y un trabajador autónomo. Pese a que en este tipo de contratos parece que la figura del trabajador está menos protegida, hay actividades que gracias a este contrato, permiten tener mayor independencia al trabajador.

Si un autónomo trabaja con contrato mercantil, debe tener muy presente que será él quien deba hacerse cargo de las cotizaciones a la Seguridad Social y cumplir con el deber de llevar la contabilidad y hacer las declaraciones de los impuestos pertinentes (el autónomo debe facturar por su cuenta).

A través del contrato mercantil, el trabajador presta sus servicios a una empresa a cambio de una comisión. Además, el autónomo utiliza sus medios propios para realizar la actividad y su retribución final es variable, en función de los resultados que obtenga.

¿Qué implica un contrato mercantil para un autónomo?:

  • El trabajador debe estar dado de alta en el régimen de autónomos. La empresa no cotizará por él en la Seguridad Social.
  • No hay nóminas. El autónomo emitirá una factura y la empresa le pagará. La factura lleva IVA y retención de IRPF.
  • No se cotiza para el paro.

Tipos de contratos mercantiles

Existen varios tipos de contratos mercantiles, cada uno de ellos con unas características específicas y con unas peculiaridades a tener en cuenta. Los tipos de contratos mercantiles que destacamos son los siguientes:

  • Contratos de colaboración. Acuerdos en los que una parte se compromete a realizar una determinada actividad con el propósito de conseguir un resultado concreto. Ejemplos de este tipo de contratos serían: contratos de agencia, edición o comisión.
  • Contrato de seguro. La parte aseguradora, a cambio de unas cuotas, cubre a la parte asegurada frente a determinados riesgos.
  • Contrato de préstamo y crédito. Realizado especialmente por entidades bancarias. Se realiza una prestación económica a cambio de su devolución más unos intereses.
  • Contrato de conservación o custodia. Caso del contrato de depósito por ejemplo. El depositante entrega el artículo al depositario, quien tiene la obligación de guardar y custodiar dicho objeto a cambio de una contribución.

Ventajas del contrato mercantil

La formalización de este tipo de contrato presenta toda una serie de ventajas para ambas partes firmantes del contrato: empresa y autónomo.

Ventajas para la empresa contratante

El contrato mercantil  permite disponer de personal profesional y especializado a un coste menor  de lo que supondría un trabajador dependiente que trabajara por cuenta ajena. Las razones:

  • No hay que pagar IRPF del trabajador, pues se trata de un autónomo.
  • No hay que pagar Seguridad Social.
  • Como empresa, te evitas determinadas obligaciones: bajas laborales, vacaciones o finiquitos, por ejemplo. Todas estas obligaciones son propias de los contratos laborales.

Ventajas para el autónomo

Un contrato mercantil da mucha libertad de actuación e independencia a los autónomos. Aunque ser autónomo presenta sus riesgos, te detallamos algunas de las ventajas más destacadas:

  • Eres tu propio jefe, tomando tú mismo las decisiones que consideres convenientes.
  • Flexibilidad de horarios.
  • Mayores ingresos, debido a que puedes trabajar con varias empresas a la vez, la posibilidad de incrementos los ingresos a fin de mes es mayor.
  • Amplia cartera de clientes.
  • Satisfacción y motivación personal, pudiendo hacer realidad tu proyecto empresarial.

Descubre la diferencia entre un contrato laboral y uno mercantil para saber cuándo utilizar cada uno de ellos.