El mundo está lleno de casos en los que una persona ha desarrollado una interesante idea de negocio pero ha visto como llegaba una tercera persona en la que había confiado que gracias a su mayor disposición de medios ha acabado desarrollando ese negocio, sacando un gran provecho económico, mientras el ideólogo se quedaba sin nada. Es una situación muy desagradable, pero que puede darse así que hay que estar preparados para evitar que nadie nos robe nuestra idea de negocio y saber defenderla.
Formas de proteger una idea
Si quieres asegurarte que una idea solo sea explotada por ti existen diferentes posibilidades.
Cuidado con la información que compartes
Muchas ideas se han robado cuando el emprendedor la ha compartido con un posible inversor en busca de financiación para la empresa, o con alguien de su entorno. Lo primero que debes tener claro es que no debes compartir ningún tipo de información sobre tu proyecto con nadie hasta que sea algo real, si por real entendemos que se trata de una idea en firme. Las ideas o proyectos abstractos no pueden protegerse, así que antes de dar ningún paso para su protección hay que desarrollar la idea, con estudios sobre su público potencial, comercialización, producción, etc.
Una vez hemos llegado al punto en que podemos ofrecer esa idea o proyecto de negocio a cualquier cliente interesado en ella, utilizaremos los contratos de confidencialidad y no competencia con las personas e instituciones a quienes ofrecemos la idea de negocio. Generalmente se trata de gente con más medios y recursos que nosotros para desarrollar el proyecto, que pueden copiarlo y sacar tajada de él sin que nosotros nos beneficiemos, y estas cláusulas nos ayudan a evitar esa situación tan desagradable.
Pero la cosa cambia cuando hemos desarrollado la idea en gran medida. Si la mayor parte del proyecto se ha llevado a cabo, es el momento de presentar una solicitud de patente o de modelo de utilidad. Eso sí, para poder patentar una idea tiene que cumplir con una serie de requisitos, y si hasta el momento en que decides patentarla has trabajado con algún socio o tercero, estás obligado a informarles de que vas a presentar la solicitud de patente. Es un proceso caro, sin precio fijo pero que en ningún caso bajará de los 800€.
Se dice que los inversores no invierten en proyectos o ideas, sino que invierten en personas que puedan desarrollar esas ideas, y eso es algo que debes tener claro. Una de las mejores formas de proteger nuestra idea es desarrollándola, y si te ves capacitado para ello no te costará demasiado dar con un inversor que te ayude a ejecutarla a cambio de parte de las ganancias obtenidas. Durante la negociación no olvides los contratos de confidencialidad y no competencia, pero si realmente hay interés el proyecto saldrá.
Incubadora de empresas
Finalmente, deberías plantearte la posibilidad de acudir a una incubadora de negocios. Cada vez son más las entidades públicas (ayuntamientos, universidades) o privados (a partir de mecenas) que apuestan por ofrecer estos espacios con el objetivo de repercutir positivamente en el tejido económico y empresarial de su ciudad. Allí encontrarás consultores que te ayudarán a desarrollar tu idea de negocio, siempre respetando las cláusulas de confidencialidad.
Si de verdad confías en el gran potencial de tu negocio, no lo dudes y trata de implementarlo cuanto antes ya que esta es la mejor forma de protegerlo ante los piratas que están dispuestos a copiar cualquier idea en busca del beneficio propio. No siempre es fácil proteger una buena idea, más cuando vas en busca de inversores y tienes que presentarlo ante diferentes posibles inversores, así que asegúrate de tomar todas las precauciones necesarias para que nadie te robe tu excelente idea.